La relación entre la inflación y los aumentos salariales reprimidos

El economista Andrés Asiaín, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, habló con Radio Universidad sobre los últimos índices inflacionarios. Por qué afirma que seguirán siendo altos y qué entiende por "inercia inflacionaria".

Por Andrés Asiaín*

No comparto la idea de que la inflación esté bajando fuerte o de que hubo fue un salto muy brusco del dólar, las tarifas y los combustibles. Cuando se mete un shock de ajuste como este, siempre el primer mes pega de pleno y es más leve en los meses siguientes. Por eso, tiene poco sentido económico plantear que la inflación está bajando porque hubo una megadevaluación y dos inflaciones posteriores de 25 y 20 por ciento. Festejar eso es un gran error.

Creemos que la inflación se estabilizará en niveles muy altos, de entre 15 y 20 por ciento, porque vienen las segundas rondas del shock. Hay una que viene bastante reprimida, que es el aumento de los salarios, porque los trabajadores quieren recuperar el poder adquisitivo perdido. Y, también, va a venir la presión de los exportadores por una nueva devaluación. Pensar que esto tiene que ver con una baja de la inflación es un error de diagnóstico.

Pese a que haya gente que se está muriendo de hambre, la inflación va a seguir alta porque se vienen los aumentos de salarios y del tipo de cambio, un retraso de tarifas y nuevos incrementos en los servicios públicos. Esto se da porque, cuando la inflación llega a los tres dígitos, se desatan sus mecanismos inerciales que tienen que ver con la indexación de muchos contratos, como los de alquileres. A los empresarios, a su vez, les aumentan los costos salariales.

Inercia inflacionaria y dolarización

Domingo Cavallo, que asesora al Gobierno y sabe de la inercia inflacionaria, es uno de los que promueve la dolarización porque sabe que, sin un plan de estabilidad como la dolarización, la inflación no baja solo por la recesión. Ellos saben que, si no se dolariza, este plan de ajuste permanente va a llevar a una crisis social y económica que tirará para atrás la propaganda liberal del Gobierno.

Se corre el riesgo de que la dolarización, en términos de auge económico, no genere lo mismo que en los ´90s, sino que sea una dolarización del estilo de las de Ecuador y El Salvador, que están dolarizados pero tienen déficit externo y una deuda acumulada que no pueden pagar, por lo que la economía siempre está al borde de la crisis.

Este es el único año en que el Gobierno tiene pocos vencimientos de deuda. Además, todos esperan superávit comercial por la recesión, por el Gasoducto Néstor Kirchner y la sustitución de hidrocarburos. Este es el año más auspicioso: en 2025, empiezan a caer los vencimientos de deuda, que se aceleran en 2026.

*Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz