“Se viene el Día del Padre y no podemos vender”, cuestionan comerciantes de Ramos Mejía

A ya casi tres meses de iniciado el aislamiento social, preventivo y obligatorio, aseguran: “La venta online ayuda, pero es mínima y la venta fuerte es de mostrador y no la vamos a tener. Si no se levantan las persianas, no hay chances”.

La situación de los comercios y las PyMEs parece ser una de las más complicadas en el abanico económico a tres meses de comenzado el aislamiento social, preventivo y obligatorio para evitar contagios de COVID-19. En muchos casos, se rompió la cadena de pagos y la ayuda estatal no alcanza, por lo que varios cerraron en forma definitiva. Ante esta coyuntura, comerciantes de distintas localidades presentaron un protocolo a las autoridades municipales para poder reabrir sus puertas (en el caso de los que, aun, no fueron considerados esenciales), más teniendo en cuenta que, este fin de semana, es el Día del Padre, una fecha en que muchos rubros suelen tener un repunte en sus transacciones.

En diálogo con El1 Digital, Diego, propietario de un local de ropa masculina del centro de Ramos Mejía, expresó: “Muchos proveedores me entregaron la temporada de invierno en febrero y marzo. Se viene el Día del Padre y no podemos vender, estamos en problemas porque no hay cómo canalizar lo que se compró”. En ese sentido, sostuvo que “la venta online ayuda, pero es mínima porque el canal está monopolizado y solo sirve para recuperar costo porque existe la comisión”. “La venta fuerte es de mostrador y no la vamos a tener. Si no se levantan las persianas, no hay chances”, añadió.

El comerciante indicó que la idea de él y sus colegas para poder trabajar “es que nadie entre y los empleados no se contagien, que se permita levantar la cortina y mostrar la vidriera porque hay gente en la calle”. En sintonía con él, Marcelo, dueño de otro local de indumentaria, señaló a este medio que “es vital la venta en mostrador porque, en forma telefónica u online, no se llega a cubrir los costos”. “Más allá del aislamiento, hay gente en el centro, casi, como un día normal en hora pico. Tener abierto, con el protocolo sanitario correspondiente, ayudaría un montón”, agregó.

Presente angustiante, a pesar de la ayuda
Diego describió la actualidad de los comerciantes como “dificilísima y caótica”. “No estamos generando ingresos y las deudas se están acumulando. Creemos que no hay un plan B porque nosotros seguimos con el aislamiento, pero qué hacemos con el comercio y las PyMEs, no podemos aguantar más así”, afirmó. Con respecto a la ayuda otorgada por el Estado, sostuvo que recibió la Asistencia al Trabajo y la Producción, que contempla el pago de la mitad del sueldo de los empleados, pero que es insuficiente: “Tememos, en la pandemia, ser un daño colateral”.