Comerciantes de San Justo reclaman la reapertura de los locales y aseguran que “ya cerraron 60”

Luego de dos meses de aislamiento social, los comerciantes de la localidad cabecera del Partido afirman que, en la mayoría de los casos, la rentabilidad durante la cuarentena fue de “entre diez y 15 por ciento”, con lo que no pueden hacer frente al pago de los impuestos, los servicios y los sueldos: “Llega todo igual, como si estuviéramos abiertos”.

Esta semana, se cumplieron dos meses de aislamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus, 60 días que resultaron muy difíciles para la actividad económica y productiva en general y para los comercios de cercanía, en particular, con varios cierres incluidos.

Por eso, en los últimos días, desde la Federación Empresaria de La Matanza (FEM) y sindicatos que representan al comercio en el Partido, se presentó un petitorio a las autoridades municipales para una “reapertura gradual” de comercios. El mismo incluye un protocolo sanitario para trabajar durante la pandemia para empleados y clientes.

Pero la espera se hace imposible para muchos comerciantes. Como el caso de los de San Justo, uno de los principales centros comerciales de La Matanza, que reclaman la reapertura de los negocios porque, en casi todos los casos, la rentabilidad es escasa y no pueden hacer frente al pago de los impuestos.

El dueño de una heladería expresó que trabaja “por delivery, porque es la única alternativa”, ya sea a través de whatsapp o de otra aplicación, pero que “comparado a días normales, se factura entre doce y 15 por ciento”. Ante esta coyuntura, afirmó que “ya cerraron unos 60 negocios”.

Desde una marroquinería, aseguraron que la situación es peor y que, en abril, tuvieron “rentabilidad cero”. “Ya veníamos golpeados y se vendía poco, imaginate lo que se puede llegar a hacer por redes sociales. Lo máximo que se puede vender es un 15 por ciento”, añadieron desde un local de ropa.

Las tarifas de un local abierto
Los comerciantes manifiestan mucha preocupación porque, con rentabilidades exiguas, no pueden hacer frente al pago de los sueldos de los empleados, los impuestos y los alquileres. Sin embargo, lo que más les llama la atención es que las boletas de los servicios llegan con las tarifas de días normales, aunque llevan dos meses cerrados.

“Llega todo igual, como si estuviéramos abiertos. A mí, se me juntaron tres facturas de luz que no pude pagar, llega a 22.000 pesos. Y muchos dueños quieren cobrar el alquiler completo”, indicaron desde un local de ropa. En la mayoría de los casos, las facturas de luz oscilan entre 4.000 y 7.000 pesos, por lo que los comerciantes piensan elevar sus quejas al ENRE.