ARA San Juan: “Nos angustia no tener ningún esbozo de justicia”, expresó la familia del tripulante matancero

Luis Marcelo Leiva, suboficial segundo del ARA San Juan, fue uno de los 44 tripulantes a bordo del submarino que, el 8 de noviembre de 2017, partió desde la base naval de Ushuaia en una misión de patrullaje por el litoral marítimo argentino y que, siete días después, perdió contacto con la base naval de la Armada Argentina en Mar del Plata.

La nave fue encontrada un año y dos días después, por una empresa privada, a 907 metros de profundidad del Atlántico Sur: como consecuencia de una serie de desperfectos técnicos, se había producido una implosión en el submarino que causó la muerte de los 44 tripulantes a bordo. A cinco años de la tragedia, Gustavo Leiva, hermano de Luis, recordó al suboficial segundo y opinó sobre el trabajo del Poder Judicial en la causa, caratulada como “Estrago culposo agravado por muerte de 44 personas”.

“Para nosotros es una fecha muy sensible porque han pasado cinco años y el hecho de no tener ningún esbozo de justicia nos angustia como familia”, expresó Leiva en comunicación con El1 Digital. “Es un día muy especial porque uno siempre lo recuerda con una sonrisa, aunque también está el dolor, sobre todo por la forma tan injusta en que se dieron los hechos”, sostuvo.

Asimismo, Leiva aseguró no estar “para nada conforme” con la labor de la Justicia ya que “no hizo su tarea como corresponde por orden del Presidente en ese momento” y, además, “mandó a espiar a los familiares". “Estas son prácticas que nos recuerdan a los momentos más oscuros de nuestro país, en la época de la dictadura. No podemos entender que alguien que tenga poder mande a perseguir a ciudadanos que solo estaban reclamando nada más y nada menos que justicia por ese ser querido”, ponderó.

El recuerdo de un hermano

Luis Marcelo Leiva era padre de dos hijos, Maya y Máximo. De acuerdo a su hermano, las reuniones familiares “dependían de los tiempos que él tenía” porque las Fiestas de fin de año y las vacaciones "no eran lo mismo sin él”. “Él manejaba un sarcasmo increíble. Siempre nos reíamos porque era un tipo que, gracias a su profesión de marino, conocía el mundo, pero prefería mil veces estar en González Catán tomándose una cerveza y fumándose un pucho con sus amigos del barrio”, compartió.

Por su profesión, Luis vivía en Mar del Plata. Según Leiva, el suboficial segundo del ARA San Juan “huía de la temporada alta de allá para estar con nosotros acá”. “Por todas estas razones y muchas más, que prefiero quedármelas para mí, se lo extraña demasiado”, cerró.