Gastón Dearmas: “Lo primero que hicimos fue adaptarnos rápidamente a los jugadores”

El director técnico de la Topadora dialogó con este medio tras sus cuatro partidos al frente del plantel.

Prensa Liniers

La desvinculación de César Monasterio de Liniers, para ir a dirigir a San Martín de San Juan en la Primera Nacional, provocó la rápida pero minuciosa búsqueda de la dirigencia de la Topadora para encontrar el reemplazante acorde a lo que querían: que continuase el trabajo y que tuviera un modo similar para llevarlo adelante.

Fue así que se comunicaron y acordaron con Gastón Dearmas, un entrenador que había logrado el ascenso de Puerto Nuevo a la Primera C. Vecino de Campana, viaja todos los días a las cinco de la mañana para Villegas, junto a su cuerpo técnico, y se pone al frente de los entrenamientos. Luego regresa a su ciudad para dar clases en una escuela pública como profesor de Educación física, además de dirigir unas escuelitas de atletismo. “Nuestro día dura 48 horas, je, pero hacemos lo que nos gusta y nos apasiona”, dice Gastón en charla con El1 Digital.

Lo que llamó la atención de estos primeros cuatro partidos que dirigiste es que repetiste el mismo once inicial…
Es un equipo que ya venía trabajando con Monasterio, que había hecho un lindo colchón de puntos, y nosotros lo que hicimos fue adaptarnos rápidamente a los jugadores, a la institución, y tratar de darles algunas herramientas más a lo que venían haciendo. Los jugadores nos recibieron de la mejor manera y estaban abiertos a las propuestas. Obviamente que falta un montón por desarrollar, pero estamos muy cómodos con ellos y con el club.

¿Con qué te encontraste?
Con una institución ordenada, con mucha gente que colabora, y un grupo consolidado. Fue algo atípico lo que sucedió, porque en general, cuando uno llega a un club, es porque no le está yendo bien y arribaa con la expectativa de cambiar las cosas. Así que el primer objetivo que nos pusimos con mi cuerpo técnico fue adaptarnos lo más rápido al plantel y continuar con el trabajo realizado, imprimiéndole nuestra impronta.

¿Es similar tu forma de trabajar con la de Monasterio?
César dejó una huella en el club y ni me compararía con él, sería una falta de respeto, pero tratamos de continuar con su trabajo. En cuanto a la idea de juego, que es algo que hablamos con los chicos, es lo mismo que les pedía Monasterio; ser protagonistas, tratar de jugar con la pelota en el piso, porque tiene jugadores con muy buena técnica, que fácilmente pueden aplicar eso, y se facilitan las cosas cuando tenés esa versatilidad en los protagonistas.

¿Qué objetivos se pusieron?
Uno tiene que tratar de ser protagonistas siempre. Los jugadores hacen un sacrificio enorme, porque la mayoría no vive del fútbol, entonces si no tenés la ilusión de, por lo menos, estar arriba, se hace difícil, porque tenés muchas adversidades. Entonces lo que nosotros proponemos es ir partido a partido, mejorar cada día y no pensar más allá. Tenemos que dar pasos cortos y firmes. Lo más difícil es mantenerse y lograr tener regularidad, porque es un torneo muy parejo, competitivo, donde cualquiera le gana a cualquiera y hay que estar en todos los detalles. Pero bueno, no me gusta pensar a largo plazo sino en el día a día.