“El Vesubio”, camino a ser Espacio para la Memoria: “Venimos peleando hace más de 40 años por este proyecto”

Integrantes de la Comisión Vesubio y Puente 12 celebraron el convenio firmado entre la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y el Mercado Central. “Es importante convertir este lugar, que fue destruido, en un espacio donde los compañeros tengan su lugar y se sepan las cosas que aquí pasaron”, destacaron.

Hace poco más de una semana, el Mercado Central cedió, a través de un convenio firmado con la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el permiso de uso del predio en el que funcionó “El Vesubio”, uno de los centros clandestinos de detención (CCD) activos desde antes de la última dictadura, con el fin de convertirlo en un Espacio para la Memoria.

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Desde la Comisión Vesubio y Puente 12, aseguraron que se trata de un proyecto que los sobrevivientes de El Vesubio “vienen peleando desde hace más de 40 años, desde el día que fueron liberados”. Del proyecto participan la Secretaría de Derechos Humanos nacional, la Secretaría de Obras Públicas y arqueólogos aportados por la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de recuperar las cinco hectáreas que comprenden el predio.

Gracias a este convenio, integrantes de la Comisión Vesubio y Puente 12 pudieron recorrer una vez más el espacio del excentro de detención, pero, a diferencia de otras oportunidades, con la llave del predio en mano y muchas expectativas sobre su conversión en un Espacio para la Memoria y de promoción de Derecho Humanos que pueda ser visitado por el público en general y, al mismo tiempo, rendir homenaje a los detenidos-desaparecidos en ese centro clandestino.

“Para la Comisión, la firma fue una celebración muy importante porque ocurre luego de un trabajo de tantos años de lucha para convertir este lugar, que fue destruido, en un espacio donde los compañeros tengan su lugar y donde, de alguna manera, se sepan las cosas que aquí pasaron”, expresó Nieves Kanje, sobreviviente e integrante de la Comisión, en diálogo con El1 Digital. “El Vesubio” operó en la localidad de Aldo Bonzi, en el cruce de Autopista Riccheri y Camino de Cintura, específicamente en un predio del Servicio Penitenciario federal (SPF); se componía de cinco hectáreas donde había tres casas, una piscina y un espacio arbolado.

Kanje recordó que comenzó a operar en 1975: “Allí se produjeron aberraciones, torturas y exterminios; muchos compañeros fueron desaparecidos y aun no sabemos dónde están sus restos. Aunque se está haciendo un trabajo muy profundo, de todas formas necesitamos que se intensifique porque en todos los alrededores de Ezeiza y del Río Matanza se han encontrado restos, y creemos que sigue habiendo. Hay que seguir rastillando lugares y hacer todas las excavaciones necesarias”.

Funcionamiento del centro

En 1975, así como Argentina estaba dividida en zonas, “El Vesubio” integraba a la Zona Militar N° 1, bajo la jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército y al mando del general de división Guillermo Suárez Mason, quien trabajó conjuntamente con el SPF a cargo de la Central de Reunión de Inteligencia (CRI) del Regimiento 3 de La Tablada, con Federico Minicucci al frente.

“Ellos iban y venían por este centro. Hubo varios jefes que hicieron posta acá y determinaron la vida o muerte de las personas que, si bien hoy se habla de sujetos de derecho, en aquel entonces eran solo objetos, números o letras”, explicó Kanje. Desde que comenzó a operar hasta su posterior demolición, varios jefes pasaron por el predio: Neuendorf, apodado “El Alemán”, entre 1975 y 1976; Durán Sáenz, en 1977; seguido por Castivio, ya fallecido y condenado, al año siguiente.

Al recorrer el espacio del excentro de detención, Silvia Saladino, sobreviviente e integrante de la Comisión, explicó en diálogo con El1 Digital la distribución de las tres casas en el predio: “En la entrada había una tranquera y escuchábamos cada vez la camioneta que traía las ollas del Ejército con la comida porque las tapas saltaban. Transitábamos un camino hasta llegar a la casa N° 2, donde estaba la sala de torturas y de interrogatorios; allí, cuando no estaba la guardia, espiábamos por una ventana y veíamos la parada del 86. En la casa N° 3, estaban localizadas ‘las cuchas’ de los varones y las mujeres, junto con el baño”.

Además, señaló que había una piscina en el predio ya que el lugar funcionó como “centro de recreación del Servicio Penitenciario”. “Por acá pasaron cientos de compañeros, y hoy estamos acá en honor a ellos proyectando este Espacio para la Memoria”, aseguró. Gracias a los tres juicios de lesa humanidad que se llevaron a cabo sobre los hechos que ocurrieron dentro de ese CCD, se estima que allí, al menos, 1.500 personas fueron mantenidas cautivas ilegalmente y torturadas.

Alejandra Cravello, hija de Ricardo Cravello, desaparecido en el centro clandestino Puente 12, ubicado frente a “El Vesubio”, aseguró a este medio que el próximo a ser Espacio para la Memoria fue demolido debido a la visita que planeaba realizar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 1978. “Desde aquel momento, se viene peleando con muchas idas y vueltas, paralelamente a lo que fue la historia del país, primero con un impulso muy motivador, después con muchos años de impunidad”, expresó.

La memoria y el trabajo colectivo

Asimismo, Cravello destacó que con la asunción de Nahuel Levaggi como presidente de la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires “hubo un quiebre en todo este derrotero por conseguir convertir el espacio” y, consecuentemente, comenzaron los trabajos para poner en valor el frente del predio y armar nuevos accesos. Previamente, en 2016, el espacio había sido señalizado.

“Lo primero que se va a hacer es un proyecto arqueológico donde se van a construir unas cubiertas que protejan todas las excavaciones que se hagan con el fin de producir nuevas pruebas judiciales. Más adelante, se va a establecer un circuito de pasarelas alrededor de las tres excavaciones principales, las tres casas, y una pequeña edificación independiente que va a ser un centro de interpretación arqueológico para dar charlas y recibir al público”, comunicó.

Para concluir, Kanje destacó la importancia del trabajo colectivo con otras organizaciones y entidades que posibilitó llegar al convenio firmado. “Que estemos aquí parados, con la llave del predio de El Vesubio por primera vez, es un trabajo de muchas manos y esfuerzo de la Mesa de la Memoria de La Matanza y de todos los compañeros que trabajaron conjuntamente desde distintos organismos y organizaciones, y la Comisión Vesubio y Puente 12 es una más, que trabaja con la violencia de ayer y con la violencia institucional de hoy”, expresó.

Y cerró : "También estamos agradecidos y agradecidas con Verónica Magario (exintendenta local) que, en su momento, señalizó el Vesubio y a la intendencia de La Matanza que colaboró para que esta firma del convenio con el Mercado Central sea posible".