El avance de los delitos cibernéticos, la violencia digital y la vida en línea

Gabriel Zurdo, experto en ciberseguridad y CEO de BTR Consulting, analizó el aumento de estas problemáticas y las razones de este crecimiento.

Por Gabriel Zurdo*

Aumentaron significativamente los delitos cibernéticos. La bisagra a esta problemática podemos circunscribirla a la pandemia, dos años en que 3.500 millones de personas, a nivel mundial, trabajaron por primera vez de manera remota. Este es un muy buen indicativo de cómo se abrió exponencialmente el terreno fértil para la comisión de ciberdelitos.

La mitad de los delitos que se cometen tienen un objetivo económico y utilizan algún recurso tecnológico como carril o metabolizador de la ejecución. Esta bisagra representó un 400 por ciento de crecimiento en el período que abarcó 2020 y 2021 en la cantidad de intentos. De esta manera, un 80 por ciento abarcó la cantidad de delitos efectivamente cometidos con daño económico, ya sea directo o indirecto.

En el primer cuatrimestre de 2022, se registró que esta tasa ha aumentado para algunos delitos en particular, y esto se explica porque, a partir del momento en que comenzaron a “aflojar” las restricciones, y gracias a la incorporación de la tecnología como parte del uso cotidiano, cada vez más se apunta al individuo, a las empresas y a los gobiernos como objetivos para tratar de estafar. El promedio de los integrantes de las organizaciones que cometen delitos económicos ha crecido, pasó de nueve integrantes a cien, y son bandas organizadas con capacidades tecnológicas.

Actualmente, hay 355 técnicas diferentes de agresión en medios digitales. No hay que aprender a defenderse de cada una, sino tomar conciencia, medidas de prevención y detección, porque van a aparecer nuevas. Sin embargo, casi la mitad de ellas tienen como punto en común la suplantación de la identidad, ya sea para generar el robo de una tarjeta de crédito o cometer una extorción.

Los casos de violencia digital y de delitos cibernéticos siguen ocurriendo debido a que, en promedio, utilizamos el teléfono conectado a internet nueve horas con 40 minutos, especialmente los más chicos. La lista de delitos nunca termina, y los pilares de la prosecución se relacionan, principalmente, con la falta de educación, de compromiso de las plataformas tecnológicas, el vacío.

Hoy más que nunca, hay una necesidad de explicarles a los jóvenes los peligros, y apelamos a la responsabilidad individual, porque muchas de las cosas que tienen lugar en línea suceden sin control. A partir del momento en que estamos conectados a internet, nos exponemos al planeta, y las plataformas no pueden separar si una persona es víctima real de un delito o si se trata de una autodenuncia.

Hay más teléfonos conectados a internet que habitantes y, en comparación con hace diez años, todos tienen una cámara, que es utilizada por delincuentes para contactarse con los chicos menores. Por eso, hay que ser conscientes de que el contenido que vayamos a compartir en las redes sociales o que se envíe por mensajería nunca desaparecerá: podemos estar exponiéndonos a un daño.

*Experto en ciberseguridad y CEO de BTR Consulting