La Obra del Padre Mario: una vida dedicada al desarrollo de una comunidad que lo adoptó por la fe

Perla Gallardo junto a su familia ayudó al Padre Mario y fue fundamental para llevar adelante la realización del proyecto de la obra. Además, terminó siendo su principal colaboradora y mano derecha para llevar adelante todos los proyectos. Más de cinco décadas después, el sacerdote comenzará el camino para ser declarado santo.

“El espacio comenzó a funcionar brindando atención en dos etapas de la vida: acompañó a los adultos mayores y a los niños, porque sus familias venían de alguna manera a buscar ayuda y también había madres que debían salir a trabajar y acá se los recibía a los chicos para poder cuidarlos porque no podían quedarse en sus casas solos”, comentó la Vocera de prensa de la Obra del Padre Mario, Florencia Flores, en comunicación con El1 Digital.

Pese a que en sus inicios la obra se enfocó en esas dos etapas de la vida, Flores destacó que también comenzaron a manifestarse otras necesidades de la población que precisaban cubrirse y se fueron brindando respuestas. De esta manera se fueron creando escuelas y comenzó a gestionarse cómo llevarlas adelante “ya que había chicos con discapacidad y no podrían continuar formándose en otro lugar”.

Por otra parte, también se llevó adelante un Centro de Desarrollo Integral: “Ahí es donde adolescentes completan sus estudios secundarios y su formación para incorporarse a la sociedad, también adultos mayores, deportes, con polideportivo caminante con diferentes actividades para la comunidad”. También cuentan con un área que está dedicada al vínculo con la comunidad, en donde familias se acercan para participar de distintos talleres de fortalecimiento familiar, hay un centro de formación profesional para jóvenes y adultos y mejorar la posibilidad de inserción laboral a través de un curso de formación.

La vocera comentó que en el espacio igualmente funciona un centro educativo en el que se ofrecen distintas actividades para que los niños, niñas y adolescentes puedan realizar en contraturno a la escuela y es gratuito. “Del mismo modo, hay un sistema de padrinazgo que permite que se pueda acompañar la trayectoria educativa y puedan asistir a los chicos con lo que necesitan para seguir estudiando y acompañarlos en la salud y en la práctica de deportes”, comentó.

Consultada acerca de cuanto de todo lo que abarca la obra llegó a ver el Padre Mario Pantaleo, Flores indicó: “De todo lo que se hizo llegó a ver gran parte, en todo lo que respecta a los edificios. “El que no llegó a ver completo e inaugurado es el de estudios universitarios. Allí se ofrecen carreras junto con dos universidades. Con la ayuda de empresas se fue completando la construcción y hoy en día se dictan clases”, detalló. “El Centro de Días para los adultos mayores funciona hace más de 10 años en la calle Domingo Scarlatti y José León Larre, eso el Padre Mario tampoco llegó a verlo”, se lamentó.

La misión de su vida en González Catán

Según lo que cuentan quienes conocieron al sacerdote de raíces italianas, él eligió esta localidad para trabajar porque en un recorrido que hizo por el Conurbano sintió una energía especial en ese lugar que muy diferente a como se lo conoce actualmente puesto que las calles eran de tierra. “Incluso hay fotos de la capilla terminada rodeadas por las calles sin asfaltar y otro de los problemas era la falta de luminaria”, refirió Flores.

Por lo que cuentan los relatos, el Sacerdote se esforzó para comprar el terreno y lograr la urbanización de este lugar: “Allá por la década del 80 inauguraron los asfaltos que rodean la obra y eso fue una mejora para el barrio, para la gente que transitaba”. Un dato de color es que el Padre Mario también fomentaba a que entre todos los vecinos cuidaran el espacio público por eso también hacia concursos para premiar a quienes tuvieran las veradas más lindas, lo que dejaba en claro que tenía una mirada en pos del desarrollo.

En lo que respecta a la importancia que tuvo el trabajo del Padre Mario para la comunidad, basta con enumerar todo lo que hizo; prueba de ello es que fomentó el desarrollo en la zona, como así también un centro de salud para que la gente se pueda atender cerca de su casa y un Centro Universitario donde los jóvenes puedan estudiar no tal lejos de su casa. “Trajo muchas oportunidades para la comunidad y la gente lo valora”, aseguró la vocera del lugar. “Los edificios son imponentes, no se escatimó en la cantidad de ladrillos y es necesario comprender que hay que cuidarlo muchísimo”. Sin embargo, pese a todo lo que se hizo, reconocen que siempre hay mucho para mejorar y, de esa manera, seguir vinculándose con la comunidad.

Flores dejó un mensaje para todos aquello que todavía no conocen la Obra: “Les diría que vengan a maravillarse porque el Padre Mario hizo algo muy bueno, muy grande, muy potente por una comunidad de otro país, eso es sumamente valorable”. “Además, nos dejó el ejemplo de que todo con esfuerzo, voluntad y amor se puede, porque él era muy soñador, y pudo hacer todo lo que proyectó para la gente, para quién necesitara una mano en algún momento de su vida. Hay que seguir creyendo que entre todos se pueden hacer muchas cosas, ese es su legado”, finalizó.

La Obra del Padre Mario en números

* Más de 15.000 m2 de infraestructuras

* Funciona desde hace más de 50 años

* Hay 1.000 padrinos que acompañan a más de 600 ahijados

* Produjo un impacto en tres generaciones de vecinos de González Catán y alrededores

* Más de 68.000 Alumnos entre el jardín y la universidad

* Más de 91.500 usuarios del Polideportivo

* Asistencia de 3.800 adultos mayores

* Apoyo a más de 5.250 personas con discapacidad