Falta de divisas, la cuestión de los precios relativos y la economía en su laberinto

El economista Sebastián Scheimberg no descartó la posibilidad de una nueva devaluación ante la problemática cambiaria en el país. Qué pasará con las tarifas de los servicios básicos y cuál sería el perfil de los próximos anuncios económicos.

Algunos economistas no descartan que pueda haber una nueva devaluación.

Por Sebastián Scheimberg*

Hace tiempo hablamos de que en el corto plazo la situación se ve muy mal, y hay expectativa de que, en el mediano y largo plazos, vaya cambiando porque Argentina tendría las condiciones para estar mucho mejor. Sin embargo, los bonos y el nivel del riesgo país marcan lo contrario. Si a largo plazo los inversionistas pensaran que Argentina está en una buena posición relativa, comprarían un bono que vale 18 o 19 pesos, pero no está pasando. La sensación es que estamos cerca de tocar el fondo.

El problema es que no se corrigen las distorsiones y tampoco parece que haya mucho respaldo político al programa económico. La ministra Silvina Batakis asumió y anunció que iba a haber un control del gasto, pero, a los cinco minutos, tuvo una fila de demandas para que aumentaran los gastos. Entonces, los analistas internacionales también ven esta situación como crítica, hay un letargo y no se termina de definir para qué lado se va. Los apoyos de los amigos o se sabe si son tan malos como los de los enemigos. A nivel global, algunos precios de commodities se han estabilizado en un escalón más bajo, sobre todo, el petróleo. Seguimos en esta incertidumbre que está un poco dominada por la política.

Creo que la reunión del Gabinete económico va a tener una mirada contemplativa. También está la expectativa de saber qué va a pasar con la segmentación de tarifas porque el secretario de Energía habla como si los argentinos no supiéramos lo que son los precios relativos o lo que es la inflación. Dice que el aumento de las tarifas va a ser de 400 pesos, pero no dice para una boleta de qué monto. Hay un temor muy grande a las tapas de los diarios con el anuncio de tarifazo. La situación está delicada porque se han acumulado distorsiones y desequilibrios. El sector del transporte ya está manifestando estos problemas porque, cada vez, se necesita más asistencia del Tesoro para financiar el sistema.

No sé cómo podrán ser los anuncios de la ministra porque, si se va a una visión más ortodoxa o del estilo que pregona el FMI, va a tener una resistencia muy fuerte en las calles, y, si va para el otro lado, son los mercados los que le van a bajar el pulgar. Está en una disyuntiva complicada.

El tema de los precios de energía complica la situación de todos los países, incluso, en los casos de los países desarrollados, como Francia. Son temas complicadísimos, hay que encararlos de una manera sistémica. El ajuste siempre es antipático, aunque, en la época de la gestión anterior, algunos políticos de la oposición planteaban un ajuste que fuera acompañando el nivel de la variación de los salarios.

De alguna manera, este ajuste se puede ir indexando y no se queda tan atrasado, con lo que el ajuste no sería tan violento. Creo que todavía no se encontró la política económica adecuada para un contexto de shock de precios de energía, sobre todo, para los países que usan estos precios como anclas inflacionarias.

Lamentablemente, todas las distorsiones de precios se corrigen con un salto devaluatorio. Si los exportadores no liquidan y hay una percepción de atraso muy grande, se empiezan a generar problemas en la actividad económica. Cuando uno atrasa los ajustes, muchas veces pasa a ser muy cruel. Ahora, da la sensación que tiene que venir una devaluación porque no hay divisas.

*Economista y docente de la UNLaM