Sabrina Garciarena: “Me es sencillo ponerme en el lugar del otro”

La actriz protagoniza el musical “Madres”, en el Teatro Picadero y vía streaming. Habló sobre la composición de su personaje y lo vinculó a su experiencia de vida. Su regreso al musical, su infancia en Ramos Mejía y el contacto con otras culturas.

Sabrina Garciarena Madres

Una actriz puede utilizar diversos instrumentos y métodos en el marco de la construcción de sus personajes y sus respectivos arcos dramáticos. En el caso de Sabrina Garciarena, entre las técnicas empleadas para su labor sobresale la observación, la cual desarrolla desde muy pequeña, incluso desde mucho tiempo antes de dedicarse a la actuación.

Este año, la actriz oriunda de Ramos Mejía, regresó al escenario a través del musical Madres, cuya preparación también implicó la observación, tanto de situaciones ajenas como de su propia experiencia. Si bien Sabrina es mamá de León, Beltrán y Mía, su personaje de la ficción teatral, Dani, todavía no fue madre, de hecho, está embarazada de su primer hijo y escucha las anécdotas de sus amigas en el marco de un baby shower especial.

¿Cuánto influyó ser madre para encarar tu personaje?

Una de las premisas de la producción era que todas fuéramos madres, porque más allá de que es una obra para todo público, a nosotras nos ayudaba ponernos en la piel de las protagonistas ya sabiendo de lo que hablábamos. Y me sentí un poco identificada con todas las amigas, porque tengo tres hijos y estoy viviendo diferentes etapas, incluso conecté como hija, ya que hay un personaje que habla de situaciones con sus hijos adolescentes, y yo recuerdo mi adolescencia bastante rebelde. Por otro lado, a fines del año pasado, antes de leer el libro de la obra, fui al baby shower de una de mis mejores amigas, y justo mi personaje es exactamente lo que le pasaba a ella, que estaba por parir por primera vez y todas le tirábamos como baldes de agua fría, porque todas éramos madres con bastante experiencia, y ella nos miraba con cara de… '¿de qué habla esta gente?'. Así que agarré mucho de esa experiencia. Y, después, traté de buscar en mí, de cuando estaba embarazada de León, y qué puntos en común tenía. Por ejemplo, Dani es muy meticulosa y estudiosa de la maternidad, y recordaba que yo me había leído muchísimos libros cuando quedé embarazada, necesitaba mucha teoría, pero claro, cuando nace el bebé y te tenés que ir a tu casa, decís '¿ahora qué hago?'. La obra es muy divertida, tiene muchas canciones y aborda varios temas.

Madres es actuada, dirigida y realizada íntegramente por mujeres…

Sí,es la primera vez que me pasa que sea un equipo cien por ciento de mujeres, que fue una idea de la productora Valentina Berger, que hace diez años vive en Nueva York y lleva adelante GO Broadway, es muy emprendedora y es un placer trabajar con ella. Lo sentí como algo muy especial y empático, porque cuando uno trabaja en un equipo diferente, por ahí pensás 'No quiero llevar a mi hijo, voy a molestar, no quiero incomodar a nadie', en cambio, acá podía ir con mis hijos a ensayar, feliz y tranquila, sabiendo que alguien me los iba a mirar, y podía mostrarme al cien por ciento con las cosas que nos pasan en el día a día. A veces para las mujeres es difícil cumplir con las obligaciones, y por ahí dicen 'Uy, no la llamemos, tiene tres hijos, es complicado…', y yo no falto nunca, soy extremadamente responsable. Entonces, que quizás se ponga en duda eso a mí me duele, pero en este lugar sentí una red de contención hermosa.

Humor y música en escena

Madres, dirigida por Josefina Pieres y protagonizada por Garciarena, la matancera Florencia Otero, Paula Kohan y Viviana Puerta cuenta con funciones presenciales los viernes y sábados, a las 20, y los domingos, a las 20.30, en el Teatro Picadero, ubicado en Pasaje Enrique Santos Discépolo 1.857, Capital Federal. Asimismo, ofrece funciones vía streaming en los mismos días y horarios.

Es tu retorno al musical después de El Violinista en el Tejado, ¿qué descubriste en el género?

Amo la música, de hecho, vivo escuchando y cantando. Me gusta mucho como se ensaya y los tempos del musical, me siento cómoda. Yo estudié todo por separado, es decir, danza desde chica, ya sea clásica, jazz, hip hop, y demás, por otro lado canto y, además, actuación. En el musical encuentro proyectos en los que puedo unificar todo, y siento que también voy aprendiendo. Por ejemplo, en El Violinista… trabajé con grandes actores que hicieron muchos musicales, y veía como rápidamente se aprendían la coreografía, la canción, la tonalidad, mientras que, en mi caso, me anotaba todo, grababa videos y ensayaba en mi casa. En un momento, le comenté al productor 'Lo voy a hacer bien, pero no me va a salir al otro día como a estos genios, dame tiempo, me nivelo, ¡confiá que sale!'. Y en Madres me pasó lo mismo, les dije que tenía un proceso más desde la observación. Llego igual al objetivo, pero no muestro todo el primer día, no me encasillo con alguna idea y voy experimentando, hasta que entiendo por dónde tengo que ir. Si bien el musical no es un género que hice toda la vida, sí me completa, me divierte, no me cansa hacerlo, y eso que uno no deja de repetir todas las noches un texto o una canción, pero cada día pruebo algo diferente y aprendo haciéndolo.

Si viajamos a tu infancia en Ramos Mejía, ¿recordás cuáles fueron tus primeros contactos con el arte?

Lo que se me viene a la mente es que yo tenía dos o tres años y, por lo que me cuentan mi papá y mi mamá, en los cumpleaños en vez de jugar con mis primos, tirarme al piso o correr, me agarraba un bol lleno de chicitos y me iba a un rincón a observar a las personas. Sí me acuerdo de mirar mucho al otro, cómo hablaba y se comportaba, y creo que ahí fue el inicio. Después, estudié en el Colegio Don Bosco, donde veía muchas obras, y actuar a mi primo Hernán y, a su vez, mi hermana Vero iba al coro de la institución, entonces yo también quería ir, así que participé del grupo durante toda la primaria y secundaria. Además, en el colegio era medio actriz, inventaba situaciones y las dramatizaba, vivía actuando frente al espejo. Por otro lado, estudié danza y teatro, y tuve una manager durante diez años que me cuidó mucho. Así que todo va sumando en el camino, hasta que entendés que es por ahí por donde querés ir.

Trabajaste tanto en proyectos de Argentina, como de España e Italia, ¿qué complejidad te implicó la adaptación a los diferentes lugares?

Me es fácil adaptarme a todo. Tengo cuatro hermanos y soy exactamente la del medio, con lo cual me acostumbré a tener diferentes roles en mi casa, cuándo podía hablar, cuándo no, ya que éramos muchos, entonces uno aprende a compartir, a tener empatía con el otro, a desarrollar la paciencia y a entender que si no hay armonía en la casa es un lío. Toda esa situación previa me permite adaptarme fácil a diferentes personalidades y energías, y lo llevo a los elencos con los que trabajo. Me es sencillo ponerme en el lugar del otro, y cuando viajo me pasa lo mismo. Soy fanática del trabajo y muy aventurera, me gustan las diversas culturas, por ejemplo, los europeos son más 'fríos' que nosotros, eso lo entendí al instante y pensé cuestiones como '¿por qué estoy acá y por qué me toca hacer esto en otro país y con otra cultura?', '¿qué le puedo aportar yo a mis compañeros y qué me brindan ellos a mí?', '¿en qué me enriquece esto como actriz?', y así me fui adaptando. Esta actitud siempre me ayudó a hacer buenos amigos y a querer a mucha gente de diferentes lugares, que por ahí pensamos completamente distinto en un montón de aspectos, pero se trata de experimentar, compartir y evolucionar. Asimismo, soy una persona frontal y sincera, cuando hay algo que me incomoda o me hace sentir mal, lo hablo.  

¿Actuás otros personajes u otras posibles vos?

¡Me pasa todo junto! Lo que también me gusta de mi trabajo es la previa, el proceso que hago en mi casa, conmigo. Y no sé si existen las vidas pasadas, o si es la energía ancestral de mi abuela o bisabuela, pero en un punto me conmueven mucho los personajes femeninos, sobre todo los que se fueron y ya no están, los que nos marcaron el camino al día de hoy y nos hacen ir evolucionando. Entonces, trato de preguntar mucho a mujeres que conozco, si el personaje está muy alejado intento leer biografías, y voy por todos lados, desde escuchar música hasta ver películas y series, o entrevistar personas, no hay una sola forma de como uno prepara los personajes.

Su huella en la pantalla grande

En 2009, Sabrina protagonizó junto a Gonzalo Heredia la película Felicitas, donde justamente interpretó a Felicitas Guerrero, una mujer argentina del siglo XIX con una historia trágica, bajo la dirección de Teresa Costantini. El filme aborda el vínculo entre dos jóvenes desgarrados por el deseo y el deber, la pasión y la culpa en tiempos de guerras sangrientas, la plaga de la fiebre amarilla, y la carrera desbocada hacia el progreso social.

Respecto a su llegada al largometraje, la actriz compartió: “Mi abuelo Osvaldo me había contado la historia de Felicitas cuando yo tenía cuatro años. Cuando Teresa me llamó para tener una entrevista, yo vivía en Madrid, pero de casualidad ese fin de semana estaba en Buenos Aires. Así que fui un domingo a desayunar a su casa. Al vernos por primera vez nos dimos un abrazo y hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida. Ella en ningún momento tuvo dudas de que yo era Felicitas”.

Asimismo, en cuanto a la preparación del papel que le valió el Premio Cóndor de Plata a “Revelación Femenina”, describió: “Sentí que tenía que ir a pedirle permiso a esta mujer que vivió y sufrió, para decirle que me lo tomaba con mucho amor, cuidado y respeto. Por lo tanto, con Teresa fuimos al cementerio y le llevamos flores, fuimos a la iglesia y rezamos. Me acuerdo que los meses que ensayé y los que filmamos estaba de novia con un chico que me hacía sufrir mucho, del que estaba híper enamorada, y él quería ir al rodaje para estar conmigo, pero yo le decía '¡De ninguna manera!', no podía permitir que algo externo me hiciera salir de ese personaje que necesitaba de mí al cien por ciento, no quería ninguna distracción. Para mí significó mucho la película”.

Presente y futuro en cine

Tras filmar en el comienzo de la pandemia y a distancia, la película Esencial, dirigida por Who, Garciarena vuelve a compartir proyecto audiovisual con el cineasta, esta vez, a través del thriller Seducción, que se encuentra en pleno rodaje.