Luisana Lopilato y Carla Peterson ¡Cuando calienta el sol!

La película, del director Gustavo Taretto, es un gran guiño a los años `90s. Completan el elenco: Marina Bellati, Maricel Álvarez, Violeta Urtizberea y Elisa Carricajo. Todas, sin maquillaje y en bikini.

Por Luz Zalacain

Carla Peterson y Luisana Lopilato integran el elenco de Las Insoladas, un filme del director Gustavo Taretto (el mismo de Medianeras), que refleja el mundo femenino como nadie y que revela todas esas cosas de las que hablan las mujeres a solas y que a los hombres les encantaría saber. Se filmó durante el verano más caluroso de los últimos 107 años y, sobre esta acalorada experiencia, hablaron con El1.

¿Qué les atrajo de sus papeles?
Luisana Lopilato: Cuando Gustavo (Taretto) me propuso el personaje, estaba viajando a Roma para hacer una miniserie, pero la propuesta me encantó. Por eso, cuando volví, ya todo estaba más cerca de concretarse y eso me permitió hacer cine otra vez, que es algo que tengo muchas ganas de encarar.
Carla Peterson: Conocí a Gustavo cuando hice una participación en Medianeras y descubrí que se trataba de una persona de buen corazón y, desde esos vínculos, es de donde salen los mejores trabajos. Así que fue muy fácil decir que sí.

¿Cómo fue el rodaje en pleno verano?
C.P.: El proceso fue realmente agotador porque no teníamos aire acondicionado; nos despertábamos muy temprano para agarrar toda la luz de día posible, estábamos siempre en bikini. ¡En los más de 20 días de rodaje no hubo ni una nube que nos hiciera el aguante para frenar un poco la filmación! (risas).
L.L.: Hasta el momento en que subí a esa terraza, me preguntaba cómo se iba a hacer o filmar, porque, realmente, hacía mucho calor y no teníamos mucho tiempo. Pero, una vez ahí arriba, me sorprendió la producción y entendí todo.

¿Cómo combinaron el rol de madre con el de actriz?
L.L.: No fue muy difícil, porque me llevaba al bebé todos los días a la filmación, no lo podía dejar en casa porque era muy chiquito. Por suerte, teníamos una sala que se llamaba “Bebés y Descanso” donde, claramente, íbamos todas.
C.P.: Coincido. Yo quería hacer esta película sí o sí, así que, a pesar de que soy mamá y me levantaba dos o tres veces durante la noche para atender a mi hijo, volvería a someterme a esas mismas condiciones por la química que se generó en el rodaje. Pese a estas situaciones extremas, fue increíble.

El filme les hace guiños a los años ‘90s. ¿Qué recuerdos propios le aportaron?
C.P.: Yo pasaba las tardes con mis amigas haciendo nada y, a la vez, haciendo todo. Me reconozco en el filme en miles de cosas. En los ‘90s ya manejaba mi dinero, entonces podía viajar y pagaba mis cosas. Esa independencia se me nota en la película.
L.L.: Yo era muy chica en los ‘90s, entonces, hablé mucho con mi hermana. Ella rebobinaba los cassettes con biromes, cosa que se me ve haciendo en la película; se pasaba horas con eso. También, anotaba todas sus intimidades en un cuaderno y coleccionaba papeles de carta de todos los gustos y colores. Me encantaba inmiscuirme en eso.


Cómo pasar un verano en 1995

El 18 de septiembre se estrenó Las Insoladas. Ambientada en la Buenos Aires de diciembre de 1995, seis amigas y compañeras de salsa, todas ellas con personalidades muy diferentes, comienzan a imaginar un mismo sueño: pasar dos semanas de vacaciones en Cuba. Pero su realidad económica no les permite salir de esa terraza en pleno centro de la ciudad, donde cada semana comparten la ceremonia de tomar sol.

Ellas quieren lucir divinas: esa noche, se presentan en un concurso de salsa, cuyo premio es el dinero que las acercaría al ansiado viaje. Pero es el sábado más caluroso del año y el sol convierte el deseo de las playas paradisíacas en una obsesión.