Colección Robin Hood: los libros de los años felices

“Las aventuras de Sandokan” o las andanzas de “Mujercitas” llegaron a millones de lectores niños y jóvenes junto a otros títulos clásicos. La idea fue de la editorial ACME, que publicó 226 novelas y ediciones especiales desde 1941 hasta 1992.

Eran tiempos sin redes sociales ni internet y los libros de papel significaban para muchas familias el elemento para apuntalar la formación escolar de sus hijos. En aquel siglo XX, tan cercano y lejano a la vez, aparecieron en los kioscos y librerías unos libros de tapa dura, de color amarillo y con ilustraciones coloridas de personajes míticos como Sandokan (que tuvo versiones televisivas como la de Radio y Televisión Italiana) , Robinson Crusoe o Gulliver. 

Formaban parte de una extensa lista de títulos de novelas clásicas que alcanzaron una difusión inmensa en varias generaciones de lectores de Argentina y de Latinoamérica. La nave insignia de esa gesta cultural fue la recordada Colección Robin Hood, de la editorial ACME.

Los orígenes de un clásico popular

Modesto Ederra, el hombre que falleció con 101 años de edad en 2004, lanzó desde su editorial ACME de Barracas la Colección Robin Hood que aún hoy perdura en el corazón de miles de lectores. Ellos ingresaron al mundo de lectura por esta puerta fantástica.  

Según Carolina Tosi, autora de “Semblanza de Modesto Ederra”, el editor había nacido en Bahía Blanca en 1903 y a su regreso de un viaje a Estados Unidos entró a trabajar en ACME AGENCY en Buenos Aires. La empresa se dedicaba a la traducción de libros y la importación de textos en otros idiomas.

Al poco tiempo adquirió el negocio y se asoció con Amadeo Bois, un vendedor de libros que lo impulsó a publicar la traducción al español de Robin Hood. Con este título empezó un ciclo virtuoso de publicaciones.  

Una de las virtudes de los libros fue su presentación de la portada y los dibujos interiores en tinta roja o negra. Entre muchos nombres, se destacaron Jorge Carbonell en el diseño y el dibujante Pablo Pereyra. Fueron los responsables de las tapas amarillas con ilustraciones llenas de color que parecían que se salían del papel.

Curiosidades de algunos títulos

Una de las novelas preferidas por los lectores fue “Bomba”, de Roy Rokwood. Se trataba de un joven blanco perdido en la selva que se crio con la ayuda de un viejo loco llamado Carson. Bomba era amigo de una pantera, un mono y unos pájaros que lo ayudaron en situaciones peligrosas. “Bomba, el niño de la selva”, “Bomba en el reino del peligro”, “Bomba y los exploradores” y “Bomba en la montaña movediza”, entre otros.

Pedimos disculpas a los coleccionistas si anotamos los títulos fuera del orden cronológico de su aparición, pues son celosos de esos detalles. Por cierto, hay coleccionista en las redes que dan cuenta de los libros más difíciles de conseguir en la actualidad. Bomba es uno de ellos. 

Es un personaje atrapante y este cronista recuerda muy bien un episodio donde el joven se ve envuelto en una tormenta del demonio en medio de la selva impiadosa. Pero ¿quién fue Rob Rockwood, el autor de Bomba? En verdad, se trata de un pseudónimo. Tras ese nombre se ocultaba un grupo numeroso de escritores que trabajaban para Stratemeyer Syndicate, una editorial creada por Edward L. Stratemeyer que producía libros para niños.

Colecciones especiales

Además de los libros de la colección principal, ACME sacó a la venta títulos especiales sobre el espacio como “El secreto del planeta Marte”, de Donald A. Wollheim.  Por otro lado, hubo ediciones destacadas de “Moby Dick”, por ejemplo, y biografías de personajes reales de la historia universal.

En el capítulo argentino, dentro de la colección principal figuran “Juvenilla” de Miguel Cané, “Un viaje al país de los matreros” de Fray Mocho, “Facundo” de Domingo F. Sarmiento y “Martín Fierro” de José Hernández, entre otros.

En tiempos más recientes, la colección Robin Hood tuvo una edición aniversario de lujo a fines de los años 90s y Clarín reeditó varios títulos más tarde, formato tapa blanda, pero manteniendo el furioso color amarillo y las ilustraciones que fueron sus marcas de época.

Pese al paso del tiempo, en este momento, algún chico encuentra un libro de su abuelo y la magia de la Colección Robin Hood vuelve a repetirse. Siempre es hay buen momento para la aventura.