Un roedor podría ser la llave para entender la enfermedad de Alzheimer

El estudio de científicos de Argentina y de Chile, publicado en Scientific Reports, sienta bases para entender esa patología y explorar novedosas herramientas terapéuticas.

Investigadores del CONICET lograron caracterizar por primera vez la actividad neuronal vinculada con la memoria espacial que se registra en el hipocampo de un roedor endémico de Chile, que podría ser el modelo natural más adecuado para estudiar la actividad neuronal asociada al Alzheimer.

Conocido popularmente como degú, este roedor presenta, de modo espontáneo, todos los síntomas de la enfermedad, como placas beta-amiloides, ovillos neurofibrilares, deterioro cognitivo, además de comorbilidades como diabetes y ateroesclerosis. Al igual que en humanos, también afecta a una fracción de su población envejecida.

“Podría ser una herramienta valiosa para avanzar en la comprensión de la variante esporádica de esta enfermedad, para la cual no existen buenos modelos a pesar de ser la predominante en humanos”, destacó Emilio Kropff, líder del estudio e investigador del CONICET en la Fundación Instituto Leloir (FIL) a la Agencia CyTA.

De esta manera, el grupo de investigación, del que participaron científicos de Chile, logró comprobar que el hipocampo de Octodon degus se parece mucho al de ratas y ratones comunes de laboratorio, lo que permite aprovechar ese conocimiento acumulado para estudiar a la nueva especie.

También determinaron que las ondas cerebrales del hipocampo del degú, como las “oscilaciones theta”, están relacionadas con la sincronización entre grandes poblaciones de neuronas para concretar operaciones cognitivas vinculadas con la orientación en el espacio.

En un próximo trabajo, van a intentar comparar animales enfermos y sanos. “Esperamos encontrar diferencias en la codificación de información espacial. Comprender cómo el alzhéimer afecta ese proceso puede echar luz sobre los mecanismos que llevan a síntomas tales como el colapso de la memoria en pacientes humanos, y podría permitir el diseño de mejores herramientas de diagnóstico y de pruebas más rápidas de todo tipo de terapias”, adelantó Kropff.