Nuevo asentamiento en Virrey del Pino: unas 40 familias reclaman no ser desalojadas

El grupo de personas con sus hijos intentan instalar sus casas precarias desde hace unos tres meses, en un predio a la vera de la Ruta 3, a la altura del kilómetro 34, al que denominan “barrio Berenice”. Pero ya han pasado por unos ocho desalojos de la Policía.

“Somos 40 familias que, desde hace tres meses, estamos peleando por el legítimo derecho a nuestra vivienda digna”, se presentaron en un comunicado los vecinos del nuevo “barrio Berenice” que pretenden fundar en un terreno ubicado a la altura del kilómetro 34 de Ruta 3, en la localidad de Virrey del Pino.

En el escrito, difundido por las redes sociales, el grupo que emprendió la nueva toma en la zona, también, describió: “Somos familias trabajadoras, mujeres, niños y personas con capacidades diferentes que no tenemos dónde vivir y no tenemos otra opción más que en esta tierra”.

“Armamos nuestras casas de madera y otras de chapas porque, por la situación económica, no tenemos para hacerlas de material ni comprar todo nuevo”, relató a El1 Digital, Mauro, uno de los vecinos asentados. Aunque, por los constantes procedimientos policiales de expulsión del lugar, no han conseguido permanecer en ese área que limita con el Arroyo Morales.

De acuerdo a sus palabras, transcurridos los festejos de fin de año y hasta hace algunos días, “los desalojos son muy seguidos”, y, en lo que va del año, los sacaron “ocho veces” del predio. Por eso, el viernes anterior, recurrieron a realizar un corte de ruta para protestar contra esas medidas frente a la sede municipal de la Región Descentralizada Sur porque, según indicó, “la Policía nombra a la Municipalidad que manda a desalojar”.

“Lo único que logramos fue que salga una persona de seguridad del Municipio armada apuntando, le pegó una cachetada a una mujer y, cuando se dio cuenta de que lo estábamos filmando, sacó un cuchillo y nos amenazó”, denunció el vecino.

Desde la última expulsión del lugar, la gente permanece asentada sobre la colectora de Ruta 3, mano a Cañuelas. “Nos encontramos en la vereda del predio, pasando la ola de calor y con las lluvias tenemos a los chicos mojados y todas nuestras cosas, los colchones y frazadas”, lamentó Mauro, a la vez que expresó: “Por eso, en estos momentos, estamos desesperados pidiendo ayuda”.

Respecto a las dificultades que están atravesando, al pasar por esas circunstancias de precariedad y vulnerabilidad social, mencionó: “Con la comida nos estamos arreglando como podemos; la mayoría de los muchachos changueamos, otros tienen trabajo y otros están desocupados”. “En mi caso, trabajo en el Mercado Central y proveo de verduras y, entre todos, nos damos una mano, pero no tenemos ayuda de nadie”, comentó el referente vecinal.

Sin embargo, reconocen que la única colaboración que recibieron fue la de la vecina a cargo del comedor comunitario “Piecitos mojados”, Olga Parra. La encargada de ese espacio solidario ubicado en el kilómetro 36 les acercó provisiones de alimentos y, además, buscó difundir la problemática entre sus contactos, preocupada porque “hay un montón de niños viviendo a la intemperie”, advirtió, por lo que prometió “volver a traerles ropa”.

“Por favor, sobre todo, por los niños hay que ver de qué manera podemos solucionar su situación, al Intendente o a alguien vamos a tocar”, pronunció Parra en un video que grabó mientras regresaba de dejar las donaciones.