“Más horario no implica mejores aprendizajes”, dicen especialistas en educación

El pasado martes, Jaime Perczyk, ministro de Educación de la Nación, anunció la propuesta de añadir una hora más de clase por día en las escuelas primarias de todo el país, por lo que la carga horaria sería de cinco horas en total. Dicha medida, que se presentó el viernes durante la Asamblea del Consejo Federal de Educación en Ushuaia, provincia de Tierra del Fuego, generó polémica ya sea por su aceptación u oposición.

En comunicación con Radio Universidad, Laura Lewin, capacitadora y especialista en educación, opinó que se debería analizar si existe una correlación entre la cantidad de horas y los resultados. “Yo tengo la sensación de que más horario no implica mejores aprendizajes, pero también es verdad que, con tiempo reducido, es poco lo que se puede hacer ya que venimos de un déficit muy importante”, expresó.

Asimismo, Lewin explicó que la decisión de incorporar una hora más “llegó un poco tarde”, pero comentó que prefiere su implementación este año y “no el año que viene o nunca”: “Se tendría que haber planteado antes del comienzo de clases, porque los docentes ya tomaron un cargo de cuatro horas y los padres tienen sus compromisos laborales”. Si bien aseguró estar a favor de la medida, remarcó que el foco debería estar en “mejorar la calidad educativa”. “Una hora más es genial porque hay mucho para trabajar en el aula. La realidad es que no se llega y estamos muy mal en educación, los chicos no aprenden, llegan al secundario sin poder leer un texto de mediana complejidad y en la facultad les cuesta muchísimo”, advirtió Lewin.

Pandemia y educación

De acuerdo a Lewin, las principales falencias que se vieron reflejadas en la pandemia fueron la desigualdad con respecto al acceso a la conectividad, la autonomía necesaria que algunos alumnos no habían desarrollado para trabajar solos y el tipo de enseñanzas. “La dinámica para captar la atención de los chicos y sostenerla fue un desafío para los docentes, como también lo fue aprender qué funcionaba y qué no, y seguir sintiendo que formaban parte de una institución cuando no iban allí ni se veían con colegas”, planteó.

En esta misma línea, destacó que “muchos docentes siguen dando clases de la misma manera en que ellos aprendieron”, pero que, hoy en día, los alumnos “interactúan y se comunican diferente” a partir del desarrollo de la tecnología, por lo que se necesitan metodologías de enseñanza diferentes debido a que “el foco ya no está en los docentes, sino en los alumnos”.

Por último, recomendó la aplicación del método de “aula invertida”, mediante el cual se capitaliza, potencia y maximiza el tiempo cara a cara: “Aquí la conectividad es importante, porque los chicos en sus casas pueden ver videos y leer textos para activar ese contenido en el aula y trabajar con alta energía, porque al involucrarlos hay más posibilidades de que se enganchen con los temas y lo aprendan por más tiempo”.