El empate fue un castigo inmerecido para el Verde

Luego de un flojo primer tiempo en el que perdía 1 a 0 ante Flandria, el equipo de Guillermo Szeszurak se llevó por delante al Canario, consiguió la igualdad en el arranque del complemento y generó varias chances para ganar el partido. El punto no le sirvió para escaparse del fondo de la tabla.

Hablar de merecimientos en el fútbol suele ser antipático. El resultado final, en definitiva, es lo que importa. No obstante, el análisis de un partido obliga a realizar una mirada detallada del juego. Y a veces, como ocurrió este miércoles en el Morumbí en el 1-1 entre Deportivo Laferrere y Flandria, el marcador no se ajusta a lo que sucedió en el campo de juego.

El inicio del partido mostró al equipo de Guillermo Szeszurak decidido a buscar su segundo triunfo en el torneo. Sin generar situaciones de extremo peligro, pero sí con una postura de pararse con firmeza en el campo rival. Sin embargo, en la primera aproximación seria del Canario, el elenco visitante se puso en ventaja tras un disparo desde afuera del área de Cristian Cuenca que se coló por encima del vuelo de Carlos Morel tras un rebote en Hernán Ortiz.

Ese gol anestesió al Villero. Porque esa enjundia inicial desapareció por completo. Entonces, el conjunto de Jáuregui se dedicó a dormir el juego y Lafe no supo cómo volver a imponer condiciones.

Pero en el complemento todo cambió. De entrada nomás, el Villero salió con furia a buscar el empate. Y lo consiguió a los dos minutos, con un penal que le cometieron a Fernando Ortiz y que convirtió Iván Arbello.

Los del Búfalo, esta vez, no aplacaron la intensidad y siguieron buscando el desequilibrio. Así fue acorralando a Flandria contra el arco defendido por Franco Díaz y creando chances de gol.

Tres de ellas fueron muy claras. La primera fue una salvada milagrosa de Facundo Gómez cuando Gonzalo Pedrosa, a centímetros de la línea de gol, se relamía para empujarla. La segunda fue un mano a mano de Alan Espeche que terminó estrellándose contra el palo luego de un leve roce en Díaz. Y la tercera, un tiro libre magistralmente ejecutado por Gaspar Iñiguez que obligó a otra intervención extraordinaria del arquero visitante.

Una ventaja desaprovechada

El último cuarto de hora, Lafe lo disputó con un jugador más por la expulsión del defensor Juan Cabrera. Y, justo en ese lapso en el que tenía que estar más lúcido, comenzó a apurarse y a tomar malas decisiones. Y hasta tuvo que sufrir en el final con un zapatazo de Franco Bustamante que Morel, con mucho esfuerzo, sacó por encima del travesaño.

El pitazo final de Marcos Recalde le dio lugar a la bronca y el fastidio de los hinchas, porque el Villero no puede despegarse del fondo de la tabla. Y también de Szeszurak y los jugadores, por un empate que terminó siendo un castigo que, esta vez, Deportivo Laferrere no mereció.