Una recreación de diversas situaciones conurbanas, en miniatura

El diorama fue realizado por Adrián Nash, un artista y coleccionista del Oeste. Surgió en un concurso y se encuentra en constante expansión. Casas, comercios, personas y vehículos conforman la maqueta.

Diorama conurbano

Un diorama es una clase de maqueta en la que se representan diferentes figuras y/o situaciones, con sus correspondientes proporciones, dentro de un entorno. En la zona oeste del Gran Buenos Aires, dentro de El Palomar, el artista y coleccionista de 30 años, Adrián Nash (@nash_customs92), recreó en miniatura diversas escenas y espacios del Conurbano bonaerense. Arrancó el proyecto artístico en 2019, cuando medía 60 centímetros de largo, mientras que, ahora, ya supera los tres metros, y se encuentra en constante expansión.

“En 2015 y 2016 fui remisero, y recorrí mucho la zona sur y la zona oeste. Básicamente, el Conurbano que hice no es un lugar como tal, es una mezcla de todo. Algunos me dicen que es un poco exagerado, pero hay partes que son así, no digo que sea todo así, hice pedacitos”, expresó Nash en diálogo con El1 Digital. Asimismo, de cierta manera, en dicha maqueta está puesta su identidad. “Es parte de mí, como un cuadro, pero en tres dimensiones. A veces soy un poco irónico, y eso también lo representé de alguna forma”.

El contexto en el que surgió la obra artística fue un concurso de dioramas, donde la temática era Barrios de Buenos Aires. En ese momento Adrián se propuso desarrollar algo vinculado a su lugar de crianza y, luego, a raíz de su destacado trabajo, ganó el certamen. Pero el armado no terminó allí, por lo que, actualmente, su “mini ciudad” está conformada por pequeñas calles con construcciones -como casas, supermercado, remisería y comisaría-, vehículos -como autos, motos y patrulleros-, y minuciosas personas y animales.

“La maqueta está dividida en módulos, entonces es más fácil de transportar. Me gustaría retratar la mayor cantidad de situaciones conurbanas posibles. En teoría, se viene un corte (tipo manifestación), pero tanta gente en miniatura no es algo económico ni fácil de producir”, proyectó en relación a la obra.

Su lugar de trabajo es el garaje de su casa, donde tiene una impresora de resina, que es el material que más utiliza para la creación de los diversos objetos. Además, cuenta con la colaboración de familiares y amigos que, si bien no se abocan totalmente a esta actividad, lo ayudan en distintas áreas.

“Las maquetas son algo muy manual. Uno puede imprimir un edificio, pero es carísimo, entonces lo sigo haciendo como antes, con enduido, yeso, telgopor, láminas de corcho. La tierra es real, y los postes de luz los hice con palitos donde se apoyaban los loros que tenía mi mamá. Se trata de cosas que uno va reutilizando”, ejemplificó.

Una misma vida, diferentes momentos artísticos

Durante su niñez Adrián veía series como Dragón Ball y Power Rangers. Como no conseguía los juguetes de los personajes, o estaban muy caros, los hacía con plastilina, dando inicio a su beta artística. Más tarde, en la adolescencia, se centró en el dibujo y, en cuanto a los objetos, empezó a intervenir sus autitos.

En la adultez, tras quedar desempleado, arrancó a modificar y pintar autos en escala, además de experimentar en el mundo de los dioramas. Si bien su aprendizaje fue principalmente autodidacta, hoy cuenta con el asesoramiento de amigos modelistas. “Ellos me enseñan y me dan críticas constructivas”, agradeció.

“Hago dioramas y objetos a pedido, impresiones 3D, pinto cosas. Me gusta replicar el auto que la persona tuvo en su infancia, o con el que creció, esa nostalgia”. Adrián Nash, artista y coleccionista.