María Fiorentino: “El teatro está para correr riesgos”

La actriz protagoniza "Los Perros", el espectáculo que se presenta en el Teatro Picadero. Se refirió a los desafíos que asumió al sumergirse en el proceso creativo del espectáculo y habló del ida y vuelta con el público. Su concepción de la actuación como hecho artístico y sus próximos trabajos en el mundo de la escritura.

María Fiorentino, Claudio Rissi, Melina Petriella y Patricio Aramburu protagonizan Los Perros, una puesta en escena que relata la historia de una familia que vive acomodada en sus miedos hasta que, de pronto, debe revisar ciertos planteamientos y su hogar se convierte en un campo de batalla. El espectáculo se presenta de viernes a domingo en el Teatro Picadero, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires.

Es tu vuelta al escenario luego de varios años, ¿qué te llevó a elegir este proyecto?

Además de ser una obra que me sacó de mi casa después de tanto encierro, desde el inicio me representó un riesgo. Yo tengo la convicción de que el teatro está para correr riesgos, de lo contrario, no me interesa; distinto es con la televisión o con el cine, donde no hay un acto vivo que empieza y termina. Aquí, el primer desafío pasó por la interpretación de mi personaje, es decir, una mujer alcohólica y medicada, y no quería caer en el estereotipo de la borracha que no puede ni caminar ni hablar. Además, es una persona que debería haberse divorciado de su esposo muchos años atrás y, durante la preparación, acudió a mí el recuerdo de una mujer cercana que sostuvo su relación a la fuerza y que, cuando se quiso separar, él enfermó y no se animó a dejarlo. Todo esto fue muy importante desde lo personal porque empecé a pensar qué cosas ya no soporto de mi vida y debería dejar de hacer.

Tu personaje toma una postura singular en escena...

Claro. Hay una situación que se genera entre mi personaje y el de Melina, y es que ella no quiere terminar como yo, mientras que yo veo en ella cosas que nunca me atreví a hacer. A partir de esto, yo paso un tramo de la obra en completo silencio sobre el escenario, viendo y contemplando la pelea entre mi hijo y mi nuera. Pero es muy interesante estar sin hablar porque muchos piensan que se actúa únicamente cuando se habla; sin embargo, escuchar también es actuar. Además, hay una leyenda que se repite y que tiene que ver con la idea de meterse en la piel del personaje; sin embargo, en escena, no hay otra piel que no sea la de uno.

En este sentido, ¿de qué forma concebís el acto interpretativo?

Tampoco es cierto que, luego de estar, teóricamente, alcoholizada, medicada y destruida, salga del teatro y necesite mucho tiempo para reponerme. Al fin y al cabo, estoy mintiendo, por decirlo de alguna manera. En lo que sí creo es en el compromiso del actor, de manera tal que genere credibilidad en quien lo está mirando. Hay gente que me ha dicho ‘No podía dejar de mirarte mientras estabas en silencio’, y es que supongo que sucede algo con mi cara mientras escucho. Hay que comprender que uno es uno con su historia, con sus recursos y con su técnica. Y, en mi caso, estoy en la circunstancia de una mujer casada hace cuarenta años con un maltratador al que solo le interesan los perros, y jamás se animó a decírselo, hasta que esa noche le hace saber algo.

¿Cómo ven la recepción por parte del público?

Yo siempre digo que es una comedia dramática, pero Nelson Valente, el guionista y director de la obra, me dice que es una tragicomedia. El público realmente lo pasa muy bien, se ríe y llora por igual. Es como ver una película de Luis Sandrini (risas); me animaría a decir que hay carcajadas que se producen como defensa, porque hay textos muy fuertes, sobre todo, para los matrimonios grandes. Sin embargo, a mí me interesa mucho cuando la gente se ve vivir en el teatro. Hace poco, Jorge Marrale nos dijo que la obra era como ver a un Tito Cossa contemporáneo, es decir, ver nuestro fin de semana de los ‘60s, pero en la actualidad; una típica cena aburrida de cumpleaños, de esas que se hacen por compromiso y en la que todos están por obligación, cuando, de pronto, estalla todo.

La escritura es otra de tus pasiones, ¿en qué estás trabajando actualmente?

Durante la pandemia, hice un curso con la escritora Ángela Pradelli y trabajamos escritura a partir de fotografías, lo que es muy revelador. La idea era elegir una foto nuestra y de algún compañero, y esa otra persona hacía lo mismo. Además, estoy preparando un material vinculado con una gran cantidad de recuerdos que guardo sobre personalidades de la televisión, como Alejandro Romay o Hugo Arana, y sobre situaciones que el público desconoce del mundo artístico.

Referente

Desde 2010, María es integrante de la Comisión Directiva de SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Independientes). Se desempeña dentro de la Fundación, un sector que cumple un rol social: “Es un lugar de encuentro para los socios, que ofrece cursos gratuitos y asistencia”. Además, dictará la materia Técnicas Actorales, en la Diplomatura de Actor Audiovisual, que abrirá en la Sociedad.

En movimiento

Fiorentino acaba de grabar un cortometraje que habla acerca de cómo se inició la ronda de Madres de Plaza de Mayo y que se emitirá por la Televisión Pública. Además, participará, junto a Mario Pasik, de una de las historias que estarán enmarcadas en el proyecto Renacer Audiovisual, impulsado por el Ministerio de Cultura de la Nación.

Lo nuevo que se viene sobre las tablas

La actriz se prepara para protagonizar un nuevo espectáculo titulado Fuego. “Se trata de un unipersonal que aborda la historia de una mujer que llama a su hijo, quien vive a miles de kilómetros de distancia, para contarle cuestiones de su vida y que ha decidido cambiar todo ya que ahora está en pareja y, desde la muerte de su marido, no había sentido un amor así”. De acuerdo con lo que adelantó Fiorentino, la obra se va a estrenar el 30 de junio en el Complejo Teatral Itaca, ubicado en Humauaca 4.027, Capital Federal.