Almudena González y Manuel Caponi: el compromiso y la valentía de la juventud en “Argentina, 1985”

Interpretan a dos de los 'fiscalitos' en el ovacionado filme que se proyecta en el Teatro Universidad. “Es una película para todas las generaciones”, destacaron.

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La Historia Argentina se construye día a día de manera colectiva. En el sustancial capítulo del Juicio a las Juntas, la juventud tuvo un rol fundamental. De hecho, el equipo jurídico liderado por los fiscales Julio Strassera y Luis Moreno Ocampo contó con la incansable labor de jóvenes que, si bien estaban dando sus primeros pasos profesionales, desde un comienzo demostraron sus sólidos valores. Dos de ellos fueron Judith König y Lucas Palacios, quienes, en la aclamada película Argentina, 1985 -presente en la cartelera del Teatro Universidad-, son interpretados por Almudena González y Manuel Caponi.  

Una particularidad es que, antes de viajar hacia el pasado y transitar los tribunales junto a sus personajes en el filme de Santiago Mitre, la actriz porteña de 23 años y el actor mendocino de 27 ya habían compartido otro ámbito: la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Allí fueron compañeros durante su primer año de formación y nació la amistad. Sin embargo, al concluir el ciclo lectivo, por diferentes circunstancias de la vida cada uno emprendió distintos caminos y se perdieron el rastro, aunque el afecto seguía vigente. Tiempo después, la pantalla grande los volvió a unir. 

“Fue hermoso reencontrarnos en este proyecto. Los primeros días de rodaje, que estábamos frente a algo tan grande, nos mirábamos entre los dos y nos decíamos '¡Estamos acá!'”, recordó Almudena sonriente. Y, a continuación, Manuel agregó: “Ella era como mi cable a tierra, porque veía para todos lados y había mucha gente que estaba conociendo por primera vez, que hoy ya son mis amigos. En ese momento, la miraba y le preguntaba 'Che, ¿está pasando?', y me respondía '¡Sí, está pasando!'. Al ratito venía Almu y me decía '¡No lo puedo creer!', a lo que yo le comentaba '¡Creélo porque está sucediendo!' Así nos íbamos rescatando el uno al otro”.

Ambos tuvieron el primer acercamiento al proyecto cinematográfico a través de un flyer presente en las redes sociales, en el cual se anunciaba la búsqueda de jóvenes para un largometraje. Entonces, enviaron sus materiales artísticos y, más tarde, al ser contactados por el equipo del filme, participaron de dos instancias de casting, una virtual y otra presencial. 

“Un día antes de mi cumpleaños me llamaron para decirme que efectivamente había quedado para un personaje. ¡No lo podía creer! Fue algo inesperado y emocionante, porque uno vive un poco haciendo castings y deseando '¡Ojalá que quede!', con esa fe ciega y hermosa que tenemos los actores, pero no pensamos que vamos a quedar de una, al menos a mí me pasa eso. Y empecé a llorar, no podía parar, a partir de eso fue algo mágico”, recordó González.  

En cuanto a Caponi, sobre el momento en que recibió la gran noticia, describió: “Estaba de vacaciones en Mendoza, caminando con mi viejo por la calle y de golpe me sonó el teléfono. Me dijeron que había quedado en la película, de la emoción agarré a mi papá del brazo y lo empecé a sacudir, él no entendía nada, porque yo estaba hablando por celular. Cuando colgué me preguntó '¿Qué pasó Manuel?', le respondí '¡Quedé!', le conté el proyecto, pero no me creía, y yo le insistía. Nos abrazamos y casi nos largamos a llorar en la calle. ¡Fue un momento hermoso!”

Detrás de la ficción: sus encuentros con los verdaderos protagonistas

Además de abordar el guion de Santiago Mitre y Mariano Llinás, tener acceso a material bibliográfico y periodístico de la época, contar con las indicaciones del director, y demás herramientas, los artistas tuvieron la posibilidad de conocer de manera directa a las 'personas reales', cuyas historias fueron trasladadas a la pantalla grande.

“Judith König falleció en enero, fue una persona hermosa, muy generosa. Antes de empezar el rodaje hablé con ella por teléfono y fue emocionante. Ella tenía 20 años cuando vivió todo lo que vivió, uno con esa cosa hermosa e ingenua de la juventud no toma dimensión de dónde está. Y se quebraba porque le era muy fuerte darse cuenta de todo lo que había vivido, que esta película estuviese trayendo de nuevo el tema y que alguien la representara. Me gustó conversar, más para tener algo de la humanidad, no la iba a imitar, porque no fue hacia ahí el proceso de composición. Tiempo después la conocí en persona, ya que un día fue al rodaje e hizo un cameo en una escena. Y, este año, cuando falleció, fui a su funeral, la quise despedir, su energía me trajo todo lo que nos sucedió, en la historia, en la película y en mí”, valoró la actriz.

Acto seguido, sobre su reunión con Lucas Palacios, el actor contó: “Nos sacamos una foto juntos hace poco y algunas personas dicen que, en cierto punto, nos parecemos; también veo que hay algunas similitudes en nuestros seres. Estuve en contacto con él y me comentó cosas que después se agregaron en la película. Nosotros tuvimos una charla previa vía Zoom con los 'fiscalitos' reales, donde nos contaron sus experiencias, qué les pasaba socialmente con eso, cómo se sentían frente a las amenazas y frente al juicio. Nos transmitieron emociones y lugares que luego, nosotros, de cierta manera, transitamos en el filme, ya sea porque nos lo dijeron ellos o por el simple hecho de estar ahí parados”.

Un acontecimiento cinematográfico en primera persona

Todo proyecto artístico implica diferentes retos para sus protagonistas, ya sea a nivel personal y/o profesional. Sin embargo, una vez transitados y superados, se convierten en valiosas enseñanzas que trascienden dicha propuesta y pueden ser aplicadas en futuras aventuras. Aunque los artistas detrás de los 'fiscalitos' ya contaban con experiencias previas en el ámbito, nunca habían integrado una travesía artística de la magnitud de Argentina, 1985.

“Para mí el desafío más grande fue personal, con el ego y los miedos de uno, con entregarme y confiar en mí. Era llegar al set de filmación y brindarse un poco a lo que sucediera, si bien teníamos el texto aprendido y sabíamos por dónde venía, después, cuando estás en el set, te pueden cambiar todo, o puede ser algo totalmente distinto a lo que vos pensabas”, planteó Manuel y, luego, añadió: “El aprendizaje fue desde lo actoral hasta lo personal. En lo propio quizás se me viene 'confiáte y entrega'; actorales, miles de cosas, sobre todo de excesos, de cosas que por ahí uno hace de más”.

En sintonía con su amigo y colega, Almudena manifestó: “Fue más el desafío de lidiar con el momento previo al rodaje, que el rodaje en sí, algo del pánico de lo desconocido. Después ya estás ahí, obviamente te cansas porque estás 12 horas y demás, pero la verdad fue un placer. Nos levantábamos muy temprano con una sonrisa, las jornadas arrancaban a las seis de la mañana y hacía mucho frio, comenzamos a rodar el 5 de julio de 2021. Y para mí el aprendizaje fue lo colectivo, en el cine el trabajo es muy grupal. Era estar con pibes de mi edad, con profesionales de mucha trayectoria, con técnicos. Muchísima gente con la misma misión, que era hacer la película, cada uno con su rol. Siempre me gustó el cine, pero acá fue enamorarme de la tarea. Y también pienso en lo que hicieron estos pibes en 1985, eso fue claramente un trabajo colectivo, social”.

Por otro lado, así como el cine posibilita contar hechos que acontecieron en el pasado a través de un guion, también abarca diversas áreas que trasladan a la pantalla grande la reconstrucción de esa época. Desde la caracterización de los personajes con maquillaje y vestuario, hasta el armado de escenarios referidos a dicho período histórico, los actores emplean distintos recursos que contribuyen a su viaje temporal.

“La ropa, los zapatos, y cosas que yo no me pondría porque pasaron los años, me ayudaron un montón. También verlos a los pibes en la fiscalía, la cual estaba toda ambientada, incluso nos dieron máquinas de escribir para practicar, papeles y demás elementos, que nos hacían ingresar de lleno, sobre todo a medida que iba avanzando la película. Recuerdo el día que filmamos en Tribunales la escena del alegato final, había alrededor de 150 extras, todos de época, ¡fue muy fuerte!”, señaló quien interpreta a Judith en el filme.

Emociones que traspasan fronteras

Antes de convertirse en un suceso cinematográfico en Argentina, el largometraje protagonizado por Ricardo Darín y Peter Lanzani emprendió un enriquecedor recorrido por festivales internacionales. Entre las primeras paradas se destacaron Venecia y San Sebastián, donde el director, junto a algunos de los actores –entre ellos Caponi- y productores, se hicieron presentes y recibieron de manera directa emotivas devoluciones.        

Sobre la proyección en el certamen italiano, quien interpretó a Lucas Palacios en el filme detalló: “Con los actores Brian Sichel y Félix Santamaría estábamos totalmente percudidos por la situación, no podíamos parar de llorar. En un momento me doy vuelta para ver cómo estaban los italianos, porque a nosotros nos pega muy de cerca, y veo a personas con mucho cine encima secándose las lágrimas, y dije '¡Guau, esta peli tiene mucha fuerza!'. Cuando terminó tuvimos unos diez minutos de aplausos, que para mí fueron infinitos, algo casi inexplicable, muy emocionante”.

Luego, el equipo de Argentina, 1985 se trasladó a España, un país que décadas atrás padeció el 'franquismo', es decir, la cruenta dictadura militar liderada por Francisco Franco, que todavía no fue enjuiciada. En relación a la recepción del filme nacional en el público español, el actor relató: “Ver una película sobre la justicia y la dictadura a ellos les generaba algo, de hecho, aplaudieron antes en el alegato de Strassera, no podían aguantarse. Terminó la función y se me acercó un señor con los ojos llenos de lágrimas, me agarró la cara como nunca me la han agarrado en mi vida, excedido por la emoción, no me podía hablar, estaba totalmente destruido”.

La importancia de recordar y reafirmar el 'Nunca Más'

El filme dramático e histórico, precandidato para los Premios Goya y Oscar, está dirigido a diferentes generaciones. En cada función asisten adultos mayores, que vivieron la última dictadura cívico-militar y, a su vez, adolescentes y jóvenes adultos que, por su corta edad, no conocieron de cerca dicho gobierno autoritario, pero sí se enteraron de su brutalidad a través de los relatos de familiares, la enseñanza escolar y/o archivos bibliográficos y periodísticos. Por lo tanto, la película interpela e invita a reflexionar más allá del rango etario y el lugar de procedencia de los espectadores.

“Hay algo que Mitre dice en una entrevista que me gustó mucho, y es que Argentina, 1985 no es una película sobre la dictadura, sino sobre la democracia, la cual es una militancia de todos los días, que la tenemos que ejercer como un derecho que tenemos como seres sociales. Ahora, hay muchos discursos de pibes desestabilizando cuestiones que tienen que estar aseguradas de base para ejercer la libertad como sujetos. Entonces, es hermoso que sea una película para la juventud, me da fe. Siento que después de la pandemia, y de toda esa estela que deja en torno al colapso, volver a poner sobre el tablero algo que ocurrió hace 35 años, decir 'Pasó esto, y podría volver a pasar', y hacer el ejercicio de estar luchando, denunciando y buscando, para mí, es muy emocionante. La dictadura del '76 al '83 no lo viví, pero mis viejos sí, fui criada en una casa en la que el 24 de marzo es una fecha clave. Voy a Plaza de Mayo desde muy chica, todo lo vinculado a esa temática me conmueve profundamente”, reflexionó Almudena.

Por último, Manuel desarrolló: “Es una película para todas las generaciones, sobre todo para la gente que todavía sigue fomentando esos discursos de odio, siento que le habla directamente a eso, es como 'Che, si seguimos fomentando esto, esto es lo que realmente puede pasar'. Sé que no estás de acuerdo con un montón de cosas, está bien, pero planteémoslo dentro de una lógica social coherente. Para mí Argentina, 1985 medio que elimina la grieta, nos habla a todos y nos hace parte de un gran 'Estamos todos de acuerdo que esto es lo que no queremos, que este es el lugar al cual no hay que volver nunca'. Podemos discernir en un montón de cosas, pero en lo que no vamos a opinar distinto nunca es en que pase lo que pasó. Considero que era necesario refrescar. Después de un tiempito, cuando todo eso se empieza a olvidar, es decir 'Ojo, acuérdense de esto'.  

Tomar nota

El filme centrado en el Juicio a las Juntas tendrá nuevas funciones desde este jueves y al menos hasta el lunes, a las 15, a las 18 y a las 20.45, en el flamante auditorio de esta Casa de Altos Estudios. Las entradas pueden adquirirse a través de la página de Ticketek o en la boletería del teatro (lunes a viernes de 11 a 21 y sábados y domingos de 11 a 20).