Inauguraron un nuevo centro cultural en Ramos Mejía

El fin de semana pasado comenzó a funcionar Reacción, una casa ubicada en plena Avenida de Mayo que busca difundir saberes y expresiones artísticas de forma gratuita para la comunidad.

Cuatro locos lo soñaron y, tras unos largos años de lucha, lo consiguieron. La Casa Cultural Reacción abrió sus puertas el 1 de noviembre en una explosión creativa con distintos sonidos, colores y variedades. Su objetivo: convertir el arte en un derecho que no sólo se consiga a través del mercado.

Emplazada en Avenida de Mayo 1.134, en la localidad matancera de Ramos Mejía, la casa cultural Reacción invita a los vecinos a asistir a más de diez talleres que integran Yoga, Kung fu, luthiería, teatro, literatura, canto, tango, folklore, percusión, murga uruguaya, arte y pintura, y apoyo escolar para diferentes materias, además de la construcción, con ayuda de los vecinos, de una biblioteca popular.

El proyecto, que comenzó con jornadas culturales en la plaza Mitre de Ramos Mejía y culminó en la apertura de la Casa Cultural Reacción, fue llevado adelante por los jóvenes Alan Jesús García Sobrero, Alejandro Possenti, Nahuel Santillán y Nicolás Sayans.

“Si el arte es tan efímero, tan poético, se tiene que contagiar de alguna forma”, fue una de las reflexiones que movilizaron a Alan, pionero del proyecto, a reunir artistas y amigos que compartieran la idea de que la cultura no puede limitarse por el dinero.

En diálogo con El1 Digital, Alan explicó que, en Ramos Mejía, hacía falta un espacio para dar clases y hacer exposiciones sin recaudar por esas actividades. “Nosotros no cobramos nada para que la gente vaya a tomar clases y todos los profes que tenemos son gente que comparte nuestro sueño de que el arte y la cultura tienen que ser gratuitos, para compartir, más que nada como un derecho”, manifestó.

Con ese firme ideal, los cuatro amigos comenzaron su periplo. “A principio de este año dijimos ‘vamos a armarlos solos y como podamos’, y ahí empezamos a buscar casas, con la complicación de que las palabras ‘centro cultural’ están mal vistas y a la mayoría de los propietarios no les gustaba la idea”, recordó Alan.

Pero con esfuerzo consiguieron alquilar una casa que se sostendrá con los fondos de los distintos festivales y eventos que se lleven a cabo en el espacio y otros lugares con mayor capacidad. Con ayuda de diversas donaciones y reciclaje, Reacción quedó lista para recibir a los vecinos. “Es todo a corazón”, insistió el cofundador.

Finalmente, el sábado pasado se concretó el sueño. Con la presencia del cantautor Alejandro Cabrera, la obra de teatro “El agua mala” de la escuela de arte El vuelo y la participación de grupos musicales, Reacción convocó a más de 150 personas en su primer día de actividad. “Esas son las cosas que nos hacen pensar que esto se puede mover de verdad y creemos en eso”, concluyó Alan.