La historia del excombatiente matancero que desplegó la bandera argentina en el cementerio de Darwin

En 2007, cuando se cumplieron 25 años de la Guerra de Malvinas, los veteranos decidieron viajar para recordar a sus compañeros caídos. “Los homenajeé a mi manera”, evocó Daniel Marini.

Corría el año 2007 cuando Daniel Marini, junto a otros excombatientes, volvió a las Islas Malvinas. En ese contexto, de conmemoración de los 25 años del conflicto bélico, los veteranos habían decidido desplegar una bandera nacional en el cementerio de Darwin, el 2 de abril, con el objetivo de homenajear a sus compañeros caídos. A 15 años de aquel hecho, repasó los hechos vividos ese día en diálogo con El1 Digital.

Vecino de Villa Luzuriaga, Marini tiene 59 años. “Estoy a dos meses de cumplir mis 60”, agrega orgullosamente, y recuerda que con 19 fue enviado a la guerra: “Soldado clase 62, soldado viejo, como se decía en ese momento, porque estaba a 15 días de irme de baja a mi casa cuando se desató todo”, recordó a 40 años del conflicto bélico.

“Fue un viaje personal para mí, pero en el transcurso de ir armando el traslado nos fuimos enterando de que iban a ir más veteranos y fue una sorpresa para todos, no fue algo previsto; pero sin querer terminamos yendo cuatro compañeros”, explicó Marini. En ese sentido, rememoró de qué manera se comenzó a gestar la idea de llegar a las Islas para esa fecha tan significativa, especialmente, para quienes participaron de la guerra: “Había empezado a pergeñar esto y estuvo en mí la idea de homenajear a mis centinelas ya que en mi escuadrón perdimos seis compañeros”.

Una bandera y un homenaje

Marini comentó que siempre tuvo una bandera en el fondo o en el frente de su casa y que al pie estaban los nombres de sus compañeros. “Cuando surgió lo de los 25 años pensé en acercarme al cementerio y homenajearlos a mi manera”, recordó. Ese 2 de abril de 2007, ya en el cementerio de Darwin, Daniel y sus compañeros comenzaron a deliberar de qué manera se podía desplegar la bandera: “Pensamos que quedaba mal hacerlo en la Cruz Mayor, así que la estiramos sobre un mármol mirando hacia la cruz desde el lado derecho”, explicó.

“Lo que hicimos fue arreglar con varios centros de veteranos que a las 12 del mediodía, en punto, íbamos a estar mirando hacia el continente y a cantar el Himno; entonces les pedimos que ellos hicieran lo mismo en su localidad, mirando hacia el Sur como una manera de sentirnos hermanados”, detalló el excombatiente matancero. “Cuando llegamos al hospedaje, había 20 personas con música fuerte del 'No llores por mí, Argentina'”, evocó.

“Para mí, es un golpe muy bajo; a cualquier argentino le pega, y hubo un principio de enfrentamiento en que mis compañeros me lograron contener y frenar los decibeles”, contó. “Cuando llegamos a Puerto Argentino, nos enteramos de que fueron al cementerio a sacar las placas que habíamos llevado. Fue un clima feo y de incertidumbre, porque me dijeron que nos podían meter preso y sacarnos la bandera, pero no sucedió nada de eso”, relató.

“Llevamos adelante el homenaje y hubo algunos isleños mientras lo realizábamos, supongo que espiando para ver qué era lo que estábamos haciendo, y se prestó un poco a la confusión, pero nunca quisimos provocar a nadie”, insistió. “De hecho, fuimos a visitar su cementerio un día antes", aseguró. Finalmente, más allá de este percance, Marini destacó que, en los días subsiguientes, no sintieron hostilidades por parte de los isleños.