El Mirasol festejó en Mar del Plata y se afirma en la punta de la tabla

Con mucha personalidad, Almirante exhibió su chapa de puntero y le ganó muy bien a Alvarado por 1 a 0, con gol de Germán Rivero. Así, el conjunto aurinegro estiró a cuatro puntos la distancia con Agropecuario, su más inmediato perseguidor.

Foto: Prensa Almirante Brown

“Broon, Broon de mi vida, vos sos la alegría de mi corazón”. Los casi 300 hinchas “neutrales”, casi todos oriundos de La Matanza y alrededores, se hacen escuchar en la ventosa noche de este sábado en el José María Minella. Es que no pueden contener la felicidad luego de haber presenciado cómo Almirante Brown, con una enorme personalidad, le ganó a Alvarado 1 a 0 para afirmarse en lo más alto de la tabla de la zona A de la Primera Nacional, lugar en el que, ahora, está más consolidado que nunca, tras distanciarse a cuatro puntos de Agropecuario, su escolta, que un rato antes había dividido puntos con San Martín de Tucumán.

Está claro que hay partidos en los que el brillo debe dejarle espacio a la lucha y a la inteligencia. Y el que tenía Almirante en Mar del Plata era uno de ellos. Por eso, el elenco de Alejandro Orfila dejó que el conjunto local, obligado por su irregular campaña y por jugar delante de su gente, se desgaste desde el comienzo intentando tomar el protagonismo.

Pero ese protagonismo que asumió el equipo conducido por César Vigevani en ningún momento incomodó al Mirasol. Siempre dio la sensación de que, apenas pudiera conseguir un espacio, Brown podía dar el golpe. Y eso ocurrió a los 30 minutos, cuando una rápida réplica terminó con una clara infracción a José Luis Escurra dentro del área. Germán Rivero, que minutos antes había pedido el cambio por estar lesionado, se hizo cargo de la ejecución. El arquero Juan Manuel Lungarzo acertó la punta a donde ejecutó el delantero y atajó el penal, pero no pudo evitar que el número once tomara el rebote y mandara la pelota al fondo del arco.

El gol del triunfo: Rivero no pudo en el penal, pero sí en el rebote.

Con la ventaja, el conjunto aurinegro se replegó e intentó salir rápido de contra para estirar el marcador. Y tanto en los minutos restantes de esa etapa inicial como en todo el complemento cumplió el plan a medias: no sufrió mayores sobresaltos en su área (lo más importante), pero no pudo acertar ningún contrataque para liquidar el pleito y terminar el partido un poco más holgado.

Efectividad, solidez, concentración e inteligencia. Con esos atributos, Almirante se impuso en Mar del Plata. Supo plantarse como lo tiene que hacer un equipo que se ubica en la cima de la tabla y entregó buenas señales como para que esos 300 “neutrales” que estuvieron en el Minella y los miles de hinchas aurinegros que lo siguieron por radio y TV sigan soñando en grande.