Susana Rinaldi: “El tango cuenta la historia de la humanidad”

La reconocida artista se refirió al armado de su repertorio y al acto de cantar. La vigencia del tango y su huella en el género.

A la hora de hablar del universo del tango, el nombre de Susana Rinaldi es de los primeros en aparecer a la escena. Es que la actriz y cantante es referente en la materia desde hace más de cincuenta años, con una carrera consagratoria que comenzó en La botica del Ángel, en el barrio de San Telmo, y que incluye la publicación de más de cincuenta trabajos discográficos, diversas presentaciones por el mundo, destacadas actuaciones en cine, radio, televisión y teatro y un exilio a París durante la última dictadura militar argentina, lo que le valió la posibilidad de retornar al país con una idea renovada del género musical. En diálogo con El1 Digital, la artista manifestó: "Soy muy espontánea y tengo una complicidad de verdad a verdad con el público". 

¿Cómo definiría al acto de cantar?

Bueno, en este momento, y ante esta realidad que se nos presentó, diría que es un acto equivocado (risas). Creo que se trata de una expresión popular, o no, también clásica, por qué no, que se puede permitir el ser humano. Y que adquiere su verdadero valor siempre y cuando sea la letra lo que uno canta, que aquello que está escrito sea empleado para decir las verdades que uno siente y piensa, lo cual cobra muchísima más importancia en el caso de un intérprete. Quiero decir, yo no podría modificar, de un momento a otro, mi repertorio, hacer algo que ilustre de manera distinta la raíz de lo que a mí me pasa internamente, sería un cocoliche. El canto que emite el ser humano es tan importante para mí que no me permitiría meterme en algo que no aprecie.

¿Y qué cuestiones fueron influyendo a la hora de armar su repertorio?

Me gusta analizar mucho las situaciones, es por eso que me considero una persona bastante lenta al momento de componer. Me dejo llevar por las imágenes que guardo conmigo y las tomo como enseñanzas. No soy de las que va inmediatamente a escribir lo que pensó, porque creo que ya no sirve nada, dado que ese momento en cuestión ya no será igual; el momento es único y solitario, y pasa. Ante todo esto, se hace mucho más fácil la elección y el armado de un repertorio, porque yo no siempre termino hablando de mi vida; a lo mejor, simplemente capto algo de alguien que me llamó la atención y que me hizo repensar ciertas cosas. Todo es un despertar y eso a mí me hace muy bien, porque soy una mujer que está acostumbrada a darse el tiempo para pensar muchísimo en cosas que la vida misma no da la posibilidad de ver con detenimiento.

¿Cómo se explica la vigente relación que mantiene el tango con el público?

El tango es quien tiene la proverbial manera de arrimarse al fogón, y al fogón que corresponde. Es un género que, por sí mismo, sabe que va a seguir per saecuela saeculorum, no solamente porque los intérpretes queramos que así sea, sino porque lo que hace es contar la historia de la humanidad, y no se cuenta de una sola manera, sino que incluye muchas versiones. Yo siempre creí que, al descubrir el tango, lo había hecho aparentemente tarde, y muchos me preguntaban ‘¿por qué dejas la tarea de actriz, si sos tan buena?’, y yo les explicaba que no había dejado nada. Cuando se me da la gana, soy actriz y, cuando quiero, soy cantante. Y eso es algo que también le debo al tango: la variación de colores que hallo dentro de la cultura.

Y, sin dudas, su historia personal dejó una huella en el género...

Según dicen las malas lenguas de mi familia, yo canto desde los cinco años (risas). A mi madre le gustaba muchísimo el tango, y algo me pasó a mí, gracias a ella, para que lo eligiera también, aunque en su momento no lo haya hecho por esa razón, sino porque simplemente me gustaba el género. Ya siendo adulta, Francia fue mi segunda casa a la hora de hablar del tango. Todo lo que yo aprendí allí, puntalmente en París, fue inesperado desde todo punto de vista, pero, al mismo tiempo, se convirtió en el justificativo de lo que yo cantaba y, sobre todo, del modo de expresión que yo adopté dentro del género. Lo que sucedió fue que yo interpreté del tango lo que no se había interpretado hasta ese momento, y eso me sirvió muchísimo como persona que piensa que cantar no es, únicamente, un entretenimiento.

Esto, de alguna forma, dejó de lado la idea de estilos prefijados...

Es que el tango vive siempre el mismo presente. Es decir, un día cualquiera, alguien se levanta y se da cuenta de que existe porque escucha una historia dentro de una música extraordinaria. Eso es lo que yo creo que perdura y que es imperdonable que los intérpretes no nos demos cuenta. El tango tiene la posibilidad de un acompañamiento que no sea siempre el ‘tachin tachin’; hay movimientos que hacen cada uno de los instrumentos que también nos acompañan. Tiene esa didáctica maravillosa de saber que el ser humano es diferente uno del otro, y cada cual trae su fórmula, a la que hay que tenerle respeto. Una tiene que pensar el tango, no repetir la letra, porque eso no le importa a nadie; de nada sirve imitar a alguien si no sabe por qué el otro lo canta de esa manera. Yo no creo en los estilos o en una forma correcta y necesaria de cantar el tango; lo que hay es un pensamiento e, inmediatamente, un sentimiento que arrasa con todo y determina la gran diferencia para quien lo está escuchando.

En el aire 

Susana Rinaldi participa en Dejame que te cuente, programa radial que conduce Luis Bremer y se emite los domingos de 21 a 23 por Radio Nacional. “Tengo un espacio en el que puedo hablar de diferentes temas de actualidad y, naturalmente, aprovechar para cantar”, señaló la artista.