El Verde peleó hasta donde pudo, pero quedó muy lejos de la hazaña

El Villero se le plantó a Independiente con mucha enjundia, pero se quedó con un futbolista menos a los 15 minutos del segundo tiempo y terminó perdiendo sin atenuantes por 3 a 0. Mas de 10.000 hinchas de Lafe coparon la tribuna visitante de Lanús y armaron su propia fiesta.

La Copa Argentina es generosa en sorpresas. Siempre hay algún batacazo de esos que hacen ruido por mucho tiempo cuando un equipo de una categoría inferior le gana a un gigante de la Primera División. A eso se aferró Deportivo Laferrere en estos días, en la previa al duelo ante Independiente de este viernes en cancha de Lanús. Pero esta vez se dio la lógica: el Rojo impuso su mayor jerarquía, terminó ganando por 3 a 0 y le dio un baño de realidad al elenco matancero.

Desde el inicio, el equipo de Carlos Tevez impuso las condiciones del juego. Manejó la pelota y creó varias situaciones de peligro. Pero el Verde, con el correr de los minutos, fue haciendo pie. Sin visitar demasiado el área de Rodrigo Rey, pero presionando e incomodando a los jugadores del elenco de Avellaneda. Incluso, hasta pudo generar un par de situaciones que por poco no terminan en gol, con un taco fallido de José Luis Banega y un zurdazo de Gaspar Iñiguez que salió a centímetros del palo derecho de Rey.

Y cuando parecía que el primer tiempo se iba con auspicioso empate sin goles, apareció la jerarquía de Independiente para darle un golpe demoledor a la ilusión del Verde: Alex Luna aprovechó un buen pivoteo de Alexis Canelo y, desde afuera del área, sacó un gran derechazo de media vuelta que sorprendió a Carlos Morel para poner el 1-0.

La jugada que cambió el partido

En el complemento, el equipo de Guillermo Szeszurak salió con más decisión a buscar el empate. Eso hizo que el partido se abriera mucho más. Y que Independiente encontrara espacios para salir de contra. En una de esas contras se dio la jugada que decidió el rumbo definitivo del encuentro.

Ocurrió a los 17 minutos, cuando Fernando Ortiz empujó a Federico Mancuello dentro del área, lo que generó un triple golpe de nocáut: primero la correcta sanción del penal por Hernán Mastrángelo, luego la segunda amarilla para Ortiz (que derivó en la tarjeta roja) y finalmente la conversión del propio Mancuello para poner el 2-0.

Allí se terminó el partido. El Rojo tuvo tiempo para marcar un tanto más a través de otro penal (bien cobrado) concretado por el ecuatoriano Jhonny Quiñónez, a los 31, y desperdició unas cuantas chances más para estirar el marcador.

La marea verde

Con la incertidumbre del resultado ya despejada, lo más importante y emocionante para la gente de Lafe pasó a estar del lado de afuera del alambrado. Allí, en la tribuna visitante del estadio de Lanús, donde más de 10.000 hinchas del Villero armaron una fiesta inolvidable, tapando por momentos a la hinchada de Independiente y generando el elogio de propios y extraños.

Los hinchas del Verde reventaron su popular y alentaron todo el partido.

A esa altura, la derrota, lógica y esperable, ya había quedado en un segundo plano. Fue el momento en el que el Pueblo Villero volvió a demostrar, una vez más, el enorme poder de convocatoria que tiene. Porque Deportivo Laferrere, en las tribunas, fue un equipo de Primera. No quedó ninguna duda.