“Si no se controla, por más que cierren los negocios a las 19, va a ser lo mismo”, criticó un gastronómico ramense

Así lo afirmó a este medio Rogelio Rugilo, un comerciante gastronómico, sobre las restricciones del Gobierno nacional ante la segunda ola de contagios de COVID-19, que estipulan que el sector debe cerrar a las 19. “Los contactos estrechos no están en nuestros comercios. Con estas medidas, nos terminan de liquidar”, sostuvo.

En la noche del miércoles, y debido al crecimiento exponencial de contagios de coronavirus, el Presidente, Alberto Fernández, endureció las restricciones vigentes. Así, entre otras cosas, la circulación estará limitada de 20 a 06 horas a los “esenciales” y los comercios deberán cerrar a las 19 en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Tras el anuncio, uno de los sectores que más mostró su descontento es el gastronómico. Así, en el mediodía de este jueves, comerciantes del rubro se congregaron frente a la quinta presidencial de Olivos, con un petitorio para que su cierre sea un poco más tarde o bien para obtener algún tipo de asistencia ante el contexto de la pandemia.

En diálogo con El1 Digital, Rogelio Rugilo, un comerciante gastronómico que posee un bar en la localidad de Ramos Mejía, criticó las nuevas restricciones: “Con estas medidas, nos terminan de liquidar. Cerrar a las 19 es, directamente, no abrir. Muchos comercios van a terminar quedando en el camino”.

El comerciante se mostró “de acuerdo en que hay muchísimos contagios de coronavirus”, aunque aseguró que, en el caso de su rubro, “desde octubre, se trabaja con todos los protocolos”. “Sabemos que los contactos estrechos no están en nuestros comercios, sino en el transporte público, en las fiestas clandestinas y en las reuniones sociales”, añadió.

En ese sentido, indicó que, en su bar, “toda la gente habla de que, después de ahí, se junta en la casa de alguno y el problema está ahí, en el control”. “Si no se controla, por más que cierren los negocios a las 20, a las 19 o a las 18, va a ser exactamente lo mismo. El problema es que, en los últimos meses, no hubo controles”, sostuvo.

Por otro lado, destacó que, desde octubre y noviembre pasados, cuando comenzó la flexibilización en el sector y se pudo reabrir, “se trabajó con el aforo del 30 por ciento y, medianamente, había un movimiento, se sobrellevaba, pero, cerrar a las 19 es como un acta de defunción”.

Por último, advirtió que el rubro no podría aguantar otro cierre y que muchos comercios quedarán en el camino, como ocurrió en el 2020: “Ya estamos endeudados y nos tenemos que volver a endeudar”. “Todos los días, vemos los carteles de alquiler en lugares que eran gastronómicos y muchos ya estamos pensando en otro rubro”, concluyó.