El sacrificio de Kevin Patkovsky tuvo su recompensa

Así como detrás de un logro hay un sacrificio, detrás de cada pibe que debuta en Primera hay una historia. Como la de Kevin Patkovsky, el chico de 18 años que hizo su estreno en el partido contra Deportivo Riestra.

“Vivo en Virrey del Pino, en el kilómetro 41 de la Ruta 3. Me levanto a las 6.30 y a las siete y cuarto, más o menos, me tomo el colectivo para ir al entrenamiento. Puede ser el 218 o el 88, cualquiera que vaya hacia la General Paz”, contó sobre la rutina que lo llevó a cumplir su sueño.

Lateral derecho aguerrido, de esos que no retacean energías, el rubio es el primero de su categoría (la ’99) en tocar suelo profesional: “Se te cruzan miles de cosas por la cabeza, como todo el esfuerzo que hiciste para llegar ahí. Entrar es una responsabilidad enorme, hay que cuidarse de no mandarse ninguna macana”, explicó, en diálogo con Radio Universidad.

Además, su debut fue un tanto particular, ya que, en la primera pelota que tocó, casi termina anotando el segundo gol aurinegro. “Iba a ser algo inolvidable. Nunca me imaginé que iba a tocar la pelota. Justo se me dio ahí, pero no la pude meter. Encima, ellos estaban atacando más que nosotros”, relató.

El defensor empezó a los 9 años en Almirante Brown y, luego, militó dos temporadas en las Inferiores de Boca Juniors. A su regreso en el club, siguió escalando peldaños y, desde principios de este año, se unió al plantel profesional.

En simultáneo con su proyección futbolística, el pibe cumple con sus obligaciones escolares. “Estoy terminando el colegio a la noche, me queda el último año”, agrega. Lo que viene para Kevin es un semestre de crecimiento. Por eso, se agazapa y se anota para la próxima oportunidad. “Tengo la cabeza metida en entrenarme, para demostrarle al técnico que puedo estar”, cerró.