Por el mundo: qué dejan las visitas oficiales a Brasil y China

El ministro de Economía, Sergio Massa, y una comitiva se encuentran realizando tratativas en la potencia oriental. De forma paralela, el Presidente estrechó lazos con “Lula” da Silva y ambos mandatarios mostraron la voluntad de relanzar el UNASUR.

En los últimos días, se realizaron distintos viajes oficiales de gran envergadura para el destino del país en el cortísimo plazo. Por un lado, el ministro de Economía, Sergio Massa, viajó hasta China (y todavía permanece allí), junto al diputado nacional Máximo Kirchner y una comitiva, para estrechar lazos comerciales y atraer inversiones para proyectos estratégicos. Por su parte, el Presidente Alberto Fernández se movilizó hasta Brasilia para participar del encuentro convocado por el mandatario de aquel país, “Lula” da Silva, que tuvo como fin volver a aceitar el vínculo entre los países de la región y materializar esta voluntad mediante el relanzamiento de la UNASUR.

Ambos casos muestran un sensible cambio de estrategia por parte del Gobierno nacional, puesto que las dos visitas refuerzan el vínculo con países que se alejan de los intereses de EE.UU. La potencia norteamericana, que tiene un peso sustancial en las decisiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), por el momento no hizo valer su posición para colaborar con las complicadas cuentas nacionales.

El vínculo creciente que desarrolló la gestión de Alberto Fernández (que incluyó, entre otras cosas, una reunión bilateral con el Presidente Joe Biden) no terminó de materializarse en acciones concretas. A esa vacancia se suma la creciente asfixia del Banco Central, cada vez más sediento de reservas en un contexto de sequía (que complica el ingreso de divisas en un país altamente dependiente de las commodities) y con vencimientos de la deuda con el FMI cada vez más sustanciales. 

Entre Joe y Xi

El viaje a China, además, busca corregir cierta línea editorial discursiva que puso en jaque a la tercera posición. Pero, sobre todo, para obtener recursos. En lo que fue el primer día de la actividad oficial, Massa valoró: “Es importante acordar una mirada estratégica para el desarrollo”. “No importa quién gobierne Argentina, hay que buscar proyectos de Estado”, destacó.

Representantes de las empresas asiáticas Gezhouba Group, State Grid y Power China mantuvieron encuentros con la delegación argentina. Según trascendió, la última de ellas mostró mayor interés respecto a la exportación de energía nacional. Además, la firma realizó una oferta de financiamiento para el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner por alrededor de 1.900 millones de dólares.

Este punto, por el momento, no está confirmado puesto que los tiempos asiáticos en esta materia difieren de las necesidades actuales. Pero también se le dio luz verde al financiamiento de obras estratégicas. Según trascendió, el impacto de estos acuerdos se sentiría en el ensanchamiento de las reservas a mediados de julio. 

“Lula”, el aliado estratégico 

Alberto Fernández, por su parte, avanzó en lo que fue la reconstrucción de la UNASUR y la incorporación del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Algo que, por cierto, generó tensiones tanto de la izquierda como de la derecha. Por un lado, Gabriel Boric, jefe de Estado de Chile, marcó sus críticas. A su modo, lo imitó el primer mandatario de Uruguay, Luis Lacalle Pou. 

Por otra parte, en un encuentro bilateral, se avanzó en la posibilidad de que Argentina pueda acceder a créditos para comprar tubos y láminas de acero que se fabrican en Brasil y que se utilizarán en la segunda etapa de la construcción del gasoducto, que conectará la localidad de Tratayén, en la provincia de Neuquén, con Salliqueló, ya en Buenos Aires, pasando por Río Negro y La Pampa.

En caso de que termine por efectivizarse, el financiamiento del país vecino será de 600 millones de dólares. Además, podría permitirle al país lograr el autoabastecimiento energético.