El Presidente habló de su estado de salud: “Me siento bien, la agenda de reuniones sigue en Olivos”

El mandatario nacional se refirió a la hernia de disco lumbar por la cual tuvo que ser atendido este martes en el Sanatorio Otamendi.

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El Presidente Alberto Fernández aseguró este miércoles que se siente “bien”, después de haber sido tratado con analgésicos por el cuadro de hernia de disco lumbar que le fue diagnosticada en la tarde de ayer en el Sanatorio Otamendi, centro de salud al que fue traslado por un dolor en la zona lumbar. En ese marco, anunció que seguirá con una agenda de reuniones en la Quinta de Olivos para tratar de “acortar” sus movimientos.

El mandatario nacional contó que tiene “una hernia de disco que, cuando se desplaza, genera un dolor muy intenso”. “Ese dolor ha mermado a base de analgésicos, pero me exige acotar la actividad. Por eso mi agenda seguirá en Olivos y, lamentablemente, debí suspender los viajes que tenía previstos a Chaco y Entre Ríos, que trataré de hacerlos la semana entrante”, señaló.

Al mismo tiempo, el jefe de Estado informó que “antes del viernes” se someterá a un “bloqueo”, una técnica médica a la que comparó con “una infiltración en el disco herniado”. “En ese disco tuve el mismo problema hace 16 años y me sometí al mismo tratamiento con resultados muy buenos”, precisó, para luego afirmar que “no es nada grave, aunque sin tratamiento adecuado genera dolores muy intensos”.

“El señor Presidente de la Nación, Doctor D. Alberto Ángel Fernández, presenta un cuadro de dolor lumbar agudo, motivo por el cual se realizarán los estudios correspondientes con el fin de poder administrarle un tratamiento específico. Se mantendrá informada a la opinión pública”, fue el mensaje que este martes publicó la Unidad Médica Presidencial con la firma de su titular, Federico Saavedra.

Como antecedente cercano sobre la salud del jefe de Estado, en noviembre del año pasado, Fernández permaneció unas horas internado luego de que sufriera un desmayo durante una cumbre presidencial en Bali, Indonesia. En ese episodio, sintió mareos en la cumbre del G20 y lo que primero se enmarcó como un cuadro de hipotensión fue, en definitiva, una gastritis erosiva, según se informó más tarde.