Diez años de la Tragedia de Once: entre el dolor, la memoria y la justicia

El 22 de febrero de 2012, una formación del ferrocarril Sarmiento colisionó contra un andén en la estación de Once provocando la muerte de 51 personas y dejando casi 800 heridos. A diez años de la peor tragedia ferroviaria del país, todos los condenados están con prisión condicional o domiciliaria.

El 22 de febrero de 2012 a las 8.33 de la mañana, una formación de la línea Sarmiento, proveniente de la región Oeste, colisionó contra los paragolpes de contención de la plataforma 2 de la estación de Once, en la Ciudad de Buenos Aires, ocasionando la peor tragedia ferroviaria de nuestro país.

El siniestro causó la muerte de 51 personas y dejó 789 heridos. Pero, sobre todo, dejó una herida abierta que no sanará nunca. En total, hubo dos juicios que dejaron poco sabor a justicia. Es que, al día de hoy, todos los condenados están con prisión condicional o domiciliaria.

"Pesan los diez años, hoy mi hijo tendría 42 años y no tener su compañía, sobrellevarlo es pesado", manifestó Juan Frumento, el padre de Leonel, un hombre de 32 años que esa mañana había tomado el tren para ir a trabajar.

A su hijo y a todas las personas que perdieron la vida, aseguró, las siente "como mártires", cuyo sacrificio "tendría que tener algún significado, el que yo le encuentro es que el transporte sea digno".

En el siniestro, 51 personas perdieron la vida.

El siniestro "indubitablemente fue un quiebre, una bisagra en el transporte", señaló, por su parte, Paolo Menghini, el padre de Lucas, el joven de 19 años que fue hallado 60 horas después del choque.

"Como resultado de las muertes existió una manera distinta de mirar la calidad de los servicios, de eso estoy absolutamente convencido", añadió Menghini y aseguró que "la tragedia de Once está en el inconsciente colectivo del país".

Que los pasajeros cuiden y valoren las unidades es un "gran homenaje a quienes se fueron y a nuestra lucha", consideró Menghini y, acerca de las muestras de afecto que constantemente reciben de la sociedad, agregó: "Que a diez años eso siga sucediendo significa que no sólo no se olvidaron las vidas perdidas sino que se valora todo lo que hicimos para que no vuelva a suceder".

La de ellos nunca fue una lucha motivada por "el odio ni la venganza", sino por la búsqueda de "obtener justicia por nuestros familiares que murieron", la cual llegó tras los juicios conocidos como Once I y II, iniciados en 2014 y 2017 respectivamente.

"Nunca dejamos de sentirnos acompañados por la sociedad, desde el primer momento hasta hoy", señaló el padre de Lucas, a la vez que reflexionó que el tiempo "ayuda a convivir con el dolor pero no cierra las heridas".

Los juicios

El siniestro derivó en dos juicios orales penales en 2015 y 2017. El primero se hizo contra el motorman del tren Marcos Córdoba, los entonces directivos de la empresa concesionaria Trenes de Buenos Aires (TBA) y los exsecretarios de Transporte en el kirchnerismo, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi.

Ese debate oral en 2015, derivó en condenas a prisión para 21 personas que quedaron firmes en la Corte Suprema, salvo la de Jaime. El ex funcionario del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, había sido condenado por la tragedia de Once a siete años de cárcel por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, pero al revisar la sentencia la Cámara Federal de Casación le subió la pena a 8 años.

Fue por esto que la Corte Suprema ordenó que otros jueces revisen esa decisión en garantía del llamado derecho al “doble conforme”. Hasta que esto ocurra, Jaime goza de libertad pero exclusivamente en esta causa, ya que en la actualidad está detenido y sometido a juicio en el marco de una pesquisa por supuesto enriquecimiento ilícito y otros hechos de corrupción.

En el primer juicio fueron juzgados los funcionarios Schiavi y Jaime.

El 31 de diciembre pasado quedó en libertad condicional el expresidente de TBA al momento de la tragedia de Once, Carlo Michelle Ferrari, quien había sido condenado a 5 años de prisión por “administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública” y “estrago culposo agravado” en relación al hecho que derivó en la muerte de 52 personas y causó heridas a otras 789.

Otros beneficiados con la libertad condicional recientemente, fueron los ex directivos de TBA Jorge De los Reyes, Sergio Daniel Tempone y Carlos Pont Verges. A todos se les retiró la tobillera electrónica con la que cumplían el arresto domiciliario.

En otro de los casos, Jorge Álvarez, también directivo de la concesionaria al momento de la tragedia de Once, recibió la libertad condicional el 9 de diciembre último y salió de la cárcel de Ezeiza, donde cumplía la condena que vencerá en octubre de 2024.

Por su parte, el maquinista Córdoba, con una pena de tres años y tres meses de cárcel, obtuvo la condicional en septiembre de 2020 y salió de la cárcel de Marcos Paz.

Familiares de la tragedia de Once piden justicia.

En cuanto al máximo responsable de la empresa TBA, Claudio Cirigliano, está con condena firme a 7 años de cárcel y tiene arresto domiciliario desde abril de 2021 por cuestiones de salud. Cirigliano vive en su casa de la Ciudad de Buenos Aires con tobillera electrónica, con su esposa como garante.

Los otros condenados ya habían accedido a la libertad condicional en 2020 por haber sido sentenciados a tres años de prisión o porque gozan de prisión domiciliaria con motivo de problemas de salud.

En octubre de 2018, en un segundo juicio por la tragedia de Once, el entonces ministro de Planificación Federal Julio De Vido fue condenado a 5 años y 8 meses de prisión.