Soledad Barruti: “La información y el conocimiento nos llevan a hacer elecciones más justas”

Nada parece más poderosamente humano que una historia, un relato o un mito. Las personas escuchan, leen y escriben para evocar, conocer y entender lo que sucede a su alrededor. De esta manera, la periodista Soledad Barruti y el filósofo Darío Sztajnszrajber se unen para brindar un viaje filosófico hacia los confines de lo humano con su charla Comer, pensar, amar, que tendrá lugar el viernes 2 de junio en el Teatro Universidad.

En este encuentro, Barruti aporta su granito de arena para que los asistentes comprendan de dónde vienen los alimentos que consumen y qué industrias líderes se benefician con los productos que se adquieren a diario para, así, poder deconstruir lo establecido socialmente.

¿Con qué se encuentra la gente en esta charla?

Con Darío armamos un encuentro performático, mezclamos nuestras dos disciplinas, él desde la filosofía y yo desde el periodismo, para deconstruir el sentido común sobre tres ejes: comer, pensar y amar, que, de algún modo, son transversales a nuestro trabajo. Lo que encontramos como herramienta narrativa para los escenarios es contar historias, mitos griegos, relatos indígenas y anécdotas personales para hacer un entrecruzamiento sensible corporal. Para el título de la charla, pensamos en Comer, rezar y amar. Si bien no somos fanáticos del libro o del filme, nos gustó el enganche y se hace un guiño de familiaridad.

¿Cuál es el fin de la deconstrucción?

La gente se va a su casa y, luego, nos escriben mensajes increíbles de cosas que se llevaron para repensar y tener espacios de preguntas. Podemos animarnos a sentir, a pensar y a comer de otra manera. Cuando salís del sistema hegemónico, la vida es más esplendorosa, nos otorgamos permisos que no nos damos y es una forma de resituarnos. Con Darío construimos estas herramientas reflexivas antológicas de la humanidad como si nos sentáramos a escuchar historias y a pensar a través de ellas.

¿Qué te llevó a investigar sobre la alimentación y su industria?

Quiero saber lo que no se cuenta. La información y el conocimiento nos llevan a hacer elecciones más justas y a dejar de invisibilizar otredades que quedan tapadas. Si hay algo que está oculto, es cómo se produce la comida que consumimos, qué efecto tiene eso sobre la Tierra, sobre nuestros cuerpos, los animales y los pueblos. Este tema me resulta fascinante. Uno se relaciona con sus alimentos, con el territorio que habitamos. Actualmente, lo que se refleja es una sociedad violenta, destructiva, enajenada y suicida, entonces, destapás la olla de mucha corrupción y entramados geopolíticos.

¿Considerás que el argentino se alimenta mal?

En Argentina, tenemos un sistema alimentario gobernado por el agronegocio, que es un sistema de producción de alimentos destinado a la creación de bienes de especulación financiera. Todo está dado para que ese sistema funcione, se enriquezca y continúe sosteniéndose en sus espacios de poder. Por fuera de eso, las personas sobreviven a una alimentación que cada vez es más costosa. Somos una sociedad completamente mal alimentada porque no hay buena información de lo que se ingiere.

Escribiste Malcomidos y Mala Leche. ¿Se viene un tercer libro?

Estoy trabajando en un nuevo libro y abrí un sitio que es Solebarruti.com, donde comparto textos que no son para los medios, sino que me gusta que tengan otro tipo de vínculo. Es una página gratuita, con un newsletter de la misma índole, donde voy un poco mostrando lo que estoy escribiendo. Es un espacio muy hermoso.

Encuentro en la sala

“Es glorioso y una conquista para todos que haya un Teatro dentro de la UNLaM, que, a su vez, nos invita a participar. Es muy bueno ampliar los lugares de encuentro”, sostuvo Soledad Barruti.

Filosofía en la UNLaM

El 11 de mayo, el docente Darío Sztajnszrajber visitó la sala para brindar la charla La vocación, una deconstrucción, en el marco de la 13° edición de la Feria Educativa. “La experiencia universitaria no refiere solo al estudio, sino, también, a una vida en comunidad”, expresó.