Nito Artaza: “Tener éxito no es ser famoso, sino hacer lo que a uno le gusta”

El comediante protagoniza el show “Inigualables”, que se presentará el 15 de octubre en el Teatro Universidad. Se refirió a su reencuentro en escena con Carmen Barbieri y Miguel Ángel Cherutti. El detrás de sus imitaciones y el rol del humor en su vida.

Aunque muchos artistas pueden dedicarse a un mismo ámbito, género o contenido, cada uno lo hace de acuerdo a sus aptitudes, emociones e ideas. Es allí donde radica la singularidad de cada hacedor cultural. Y tan sólida es la huella que ha plasmado Nito Artaza en los escenarios que, a lo largo de los años, se ha convertido en una destacada figura del espectáculo argentino.

En esta ocasión, se reúne en escena con otros dos referentes del mundo artístico: Carmen Barbieri y Miguel Ángel Cherutti. Juntos llevan a cabo el show Inigualables, que el domingo 15 de octubre a las 21 se presentará en el Teatro Universidad (Florencio Varela 1.903, San Justo). En el transcurso de la función, Artaza imitará a diversas personalidades del deporte (Maradona y Messi), la farándula (Adrián Suar) y la política (Alberto Fernández, Sergio Massa, Javier Milei), además de contar sus ingeniosos y efectivos chistes.

Inigualables tiene dirección y producción general de Giuliano Bacchi. Las entradas pueden adquirirse tanto en la boletería del auditorio de la Universidad Nacional de La Matanza (lunes a viernes de 11 a 21, sábados, domingos y feriados de 15 a 21) como en el sitio web Ticketek.

- Con Carmen y Miguel hicieron proyectos tanto individuales como grupales, ¿qué los motivó a reencontrarse en escena?

- Comencé trabajando en teatro con Carmen, e hice varios espectáculos con Miguel, pero nunca habíamos estado los tres juntos. Entonces, a Giuliano Bacchi, que es hijo de quien fue productor nuestro durante muchos años, se le ocurrió unirnos. La verdad es que tenemos una relación casi de hermanos entre los tres, y eso se nota, nos conocemos con solo mirarnos, y nos divertimos arriba y abajo del escenario. Hacemos un espectáculo muy dinámico, que tiene extractos con lo mejor de cada uno. Si bien tenemos un guion, también improvisamos, y sale un show en el que participa el público.

- La propuesta posee recursos de music hall: ¿qué exigencias les genera hacer un espectáculo de este tipo en la actualidad?

- El desafío fue federalizar el espectáculo, que significa que el público no solo lo vea en Buenos Aires o en las temporadas de Mar del Plata y Villa Carlos Paz. De hecho, hicimos 25 ciudades, donde la gente nos ha ovacionado. Siempre digo que para amar a nuestro país hay que conocerlo, y esta profesión te lo permite. Fundamentalmente, nuestra motivación era hacer un buen show entre tres personas que dominamos el género. No es una revista porque necesitaríamos cuadros musicales con bailarines, una presentación, un final, otro elenco. Aunque hacemos sketches, Inigualables tiene características de music hall. Cada uno tiene sus momentos frente al público y sale con sus recursos, por ejemplo, yo imito.  

- Sobre tus imitaciones, ¿tenés alguna metodología para construirlas?

- Yo no hago imitaciones perfectas, sino parodias. Conmigo ha empezado Martín Bossi y siempre que paso por sus espectáculos le grito '¡Cortá, pibe!', y él dice '¡Es Nito Artaza el que pasó recién!' (risas). Siempre le daba el consejo de que las imitaciones no tienen que ser perfectas ni largas, porque, si no, es aburrido. Tiene que ser algo divertido, y además tiene que haber compasión. Si uno hace una imitación muy áspera, con demasiada ironía y se marca demasiado un defecto, ya no es gracioso, sino una crítica, y eso se puede hacer desde otro lugar. Yo hago muchas críticas a cuestiones sociales, políticas y demás -porque también hago política-, pero las realizo en otro escenario, que no es el del teatro.

- En tus redes sociales definís al acto de “hacer reír” como la mejor profesión del mundo... ¿el humor siempre ocupó el mismo lugar en tu vida o fue variando?

- Siempre he tenido sentido del humor. Tal vez eso tiene que ver un poco con mi madre que me decía '¡Nene, hay que tener sentido del humor!' En el colegio era el que imitaba a los profesores y hacía alguna observación divertida. Recuerdo que hablaba como la directora de la escuela y pedía que dejen salir a los alumnos porque no venía un docente, entonces nos íbamos. También imitaba a mis padres, como cuando le pedía plata a papá desde lejos con la voz de mamá, le decía 'Toto, ¡dale plata a Eugenio!', él me daba y yo me iba al cine con mis amigos. De esa habilidad hice una profesión. Quizás no es lo ideal, a mí me hubiera gustado estudiar mucho más teatro de lo que estudié, y haberme formado más todavía, por ejemplo, en canto. A los jóvenes les digo que hay que capacitarse. Tener éxito no es ser famoso, sino hacer lo que a uno le gusta.

- Arrancaste en la tele con Bocanitos de Artaza y. aunque tuviste participaciones posteriores en la pantalla chica, desde tu incursión en teatro nunca te fuiste del escenario. ¿Qué diferencial encontraste sobre las tablas?

- Una actuación nunca es igual arriba de un escenario porque el público siempre es distinto. Hacerlos reír es maravilloso, y eso se puede percibir únicamente desde el escenario. Quizás en la televisión uno cuenta un chiste y se ríen los extras. Sinceramente, faltan programas humorísticos en Argentina, hay que dosificar un poco la televisión. Me acuerdo cuando hacía Domingos para la juventud, ahí Silvio Soldán me puso Nito, ya que, en realidad, yo me llamo Eugenio Justiniano Artaza. Después, hice ciclos como Ver a Nito en casa y El show de Nito Artaza. Disfruto la televisión, te hace conocido, pero a mí me hace feliz el teatro.

- Te has desempeñado tanto en el arte como en la política, ¿cuán complejo te resultó complementar ambas facetas?

- Es difícil hacer la diferencia. Tengo por un lado mi vocación y, por otro lado, mi profesión. Considero que es siendo noble con lo que uno cree, sin descalificar al que piensa distinto, eso lo aprendí en el Senado de la Nación, escuchando la otra campana. Cuando expreso una opinión política tiene que ser pensando en el bien común, en beneficio de las mayorías, pero también respetando a quién piensa diferente a uno y a las minorías. Presenté más de 300 proyectos en el Congreso de la Nación y algunos son leyes. Me pasa que hay personas que me comentan 'no te veo en el teatro, pero te voto', y otras me dicen 'me haces reír, pero no te voto'. Siempre hay un respeto recíproco. ¡La Patria somos todos!

El arte: legado familiar

Nito tiene tres hijos, quienes desarrollan diferentes disciplinas artísticas: Leandro es músico, mientras que Juan Manuel y Sabrina son actores. “Lo que les transmití es que sean artífices de sus propios destinos. Yo me auto produzco los espectáculos, no espero a que me vengan a producir, entonces les comparto eso. También, la nobleza de la actividad y, sobre todo, la honestidad para hacer lo que a uno le gusta, tratando de buscar la felicidad sin fijarse qué es lo que van a opinar los demás. Siempre y cuando no perjudiquen a nadie, hay que hacerlo”, planteó el comediante.

Y, a continuación, se refirió a aquellas cuestiones que sus descendientes le enseñan a él. “Me dan bastantes consejos. Todo lo que sea adaptarme a la modernidad, respecto a cómo evoluciona el mundo del espectáculo, qué pasa con los teatros, qué sucede con las redes sociales. Y me cuidan mucho, recibo mucho afecto de mis tres hijos, ¡es un amor recíproco!”.