“La sociedad de la nieve” (Netflix): María Laura Berch, entre el casting y el entrenamiento actoral

Un recorrido por las instancias que transitó el elenco en la construcción de sus personajes para la película de Bayona. “Hubo una relación profunda con los sobrevivientes del accidente y con las familias de los fallecidos”, reveló la directora de casting a El1.

Antes de llegar a la pantalla grande de las salas de cine y a los dispositivos electrónicos hogareños a través de Netflix, los actores y las actrices de La sociedad de la nieve (Juan Antonio Bayona) tuvieron que pasar diferentes y extensas etapas, como los castings virtuales, los ensayos y el rodaje. Ya sea en las audiciones online o en las grabaciones en los distintos sets, el reparto contó con el acompañamiento y la guía de numerosos profesionales. Entre ellos, la directora de casting y coach actoral María Laura Berch.

El largometraje dramático español, basado en hechos reales, se enmarca en el año 1972. El relato comienza cuando el avión 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que transportaba a un equipo de rugby en un vuelo chárter hacia Chile, se estrella contra un glaciar en el corazón de los Andes. Solo 29 de los 45 pasajeros sobreviven al impacto y, en uno de los entornos más hostiles del mundo, se ven forzados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida.

“El director J.A. Bayona es un apasionado y un curioso de la actuación, por lo que nos metimos en lugares muy profundos. Yo investigué formas de arribar a la actuación, técnicas y zonas a las que no me suelen llevar, tal vez, los relatos de esta latitud. Había que ser muy consciente, porque había que dimensionar eso en el elenco entero. A su vez, había que explorar en sus herramientas individuales y privadas y, también, llevarlo al lenguaje audiovisual, que es el arte de la repetición. En este caso, había entrega de cuerpo y alma para los personajes en un contexto real de altura, frío, hambre, nieve, ganas de volver a casa y hermandad. Todas esas cosas alimentaban la actuación, era un ida y vuelta. Y estaba todo el equipo de la mano, nadie se la soltó a nadie, ¡celebro que se haya hecho de esa manera!”, describió Berch en diálogo con El1.

Asimismo, señaló: “Cada integrante me exigió una forma diferente. Por ejemplo, hay personas con las que tenía un diálogo sobre lentes y puesta de cámara, les decía 'esto nos implica entrar, técnicamente, por acá', y en esa distancia emocional encontraba la forma de ingresar; otras me implicaban sentarme al lado y conversar de la vida. Hubo una planificación muy grande detrás, además de tiempo para la exploración, para que yo llegara al set con más claridad sobre cada tipo de actuación, y para que los chiquilines tuviesen una autonomía fenomenal sobre la construcción, la manera de pensar y de decidir de sus personajes. Hubo un trabajo en capas, por lo que, hasta el último que se ve en el cuadro estaba en un presente concreto”.

En busca del elenco

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A raíz del contexto de emergencia sanitaria internacional por la pandemia del COVID, y de las distancias geográficas, las búsquedas de perfiles y las primeras audiciones se llevaron a cabo de manera abierta, masiva y virtual. El trío a cargo del proceso de casting estuvo conformado por Berch, Javier Braier y Iar Said, junto a un gran equipo. En un comienzo, los postulantes interpretaron textos extraídos del libro de Pablo Vierci en el que está basado el filme. Si bien algunos inscriptos tenían parecidos físicos con las personas verídicas, esta no era una cuestión excluyente para la selección.

“Íbamos haciendo un acercamiento a lo que nosotros creíamos que eran los personajes, y se lo compartíamos a Juan Antonio. Luego, él hacía sus devoluciones y estaba muy presente en las audiciones; desde nuestro lado ajustábamos los perfiles. Hasta que tuvimos un encuentro presencial de un primer grupo con Bayona en Uruguay, siguiendo todos los protocolos que implicaba la situación pandémica. En ese mismo momento, conocí al director personalmente”, recordó María Laura.

A continuación, sobre la dinámica de los castings aclaró: “Es una instancia de encuentro y de proyección para la experiencia. Cuando J.A. nos compartió el proyecto nos planteó que le interesaba que todo el proceso de casting fuera en el orden de lo experiencial, ¡para mí fue una palabra motivadora! Así que teníamos la premisa y, a su vez, teníamos que entender que iba a tratarse de una convivencia de muchos meses fuera del país, contando una historia tan profunda. Para ello, había que conocernos, y las audiciones virtuales nos permitieron llegar a la presencialidad con mayor preparación en todos los sentidos. Había actores o actrices que nunca habían trabajado en una película, o que incluso nunca habían hecho un casting”.

Frente a la cámara

Para la preparación actoral rumbo al rodaje, entre Argentina, España y Uruguay, María Laura trabajó con diferentes profesionales: Alejandro Catalán, Mariana García Guerreiro, Martín Lucini, Emiliá Carrilla, Gustavo Saffores y Anice Mateu. Ellos aportaron en múltiples aspectos, desde sus miradas hasta las construcciones de la fisicalidad, la grupalidad y la sonoridad. Además, la producción del largometraje puso a disposición del staff múltiples recursos para la previa de la grabación, como fue el montaje del fuselaje del avión, lo que les permitía bucear en las vivencias de los personajes.

Por otro lado, Berch resaltó: “Para parte del trabajo de la formación de los personajes, hubo una relación muy profunda, y muy íntima, con los sobrevivientes del accidente, pero, también, con las familias de los fallecidos. Con el elenco ya seleccionado fuimos a Uruguay y fue absolutamente conmovedor y fundacional. De esos encuentros nos llevamos amor, responsabilidad y memorias, que hacíamos propias, al momento de la creación y de la actuación. Fue un trabajo muy hermoso y revelador”.

¿En qué consiste la dirección actoral?

Desde su primera experiencia hasta la actualidad, María Laura participó en los castings y entrenamientos de proyectos como: Hoy se arregla el mundo, Sin hijos y Mamá se fue de viaje (Ariel Winograd), Wakolda (Lucía Puenzo), Infancia clandestina (Benjamín Ávila), Gilda, no me arrepiento de este amor (Lorena Muñoz), Refugiado y Una especie de familia (Diego Lerman), La noche mágica (Gastón Portal), Distancia de Rescate (Claudia Llosa), Una semana solos y La tercera orilla (Celina Murga), Invisible (Pablo Giorgelli), La luz incidente (Ariel Rotter), Maradona, sueño bendito (Alejandro Aimetta), Los Sonámbulos (Paula Hernández), Las buenas intenciones (Ana Blaya), Historia del Miedo y Rojo (Benjamín Naishtat), Mamá, mamá, mamá y Nuestros días más felices (Sol Berruezo Pichon-Rivière), entre otros.

“El director o la directora dirige justamente todo lo que implica el lenguaje audiovisual en su conjunto, y no solo tiene una mirada que abarca la totalidad del presente del set, sino que, también, proyecta el material que se crea ahí, para eso necesita un nivel de disponibilidad y atención superior. En nuestro caso, como coachs de actuación, seguimos una parte del todo, y a veces nuestra tarea tiene que ver más con un lugar de contención y anticipación de una conexión entre el trabajo humano del equipo general y el actor o la actriz, y el devenir del set”, describió Berch.

Por último, agregó: “Yo soy coach de la película, o del proyecto, que implica un elenco. Por lo tanto, trabajo con la dirección, actores y actrices, pero, también, con los lentes, la paleta de colores, el guion, información de postproducción, y demás. Me parece interesante porque a veces podemos echar otro tipo de reflexiones, ya que tenemos una mirada como cualquier otro profesional de vestuario, maquillaje, fotografía, etcétera. Al contar con más de una mirada sobre el trabajo, se puede enriquecer el abordaje del personaje”.  

Crédito Foto Principal Berch: Alejandra López// Fotos película: Netflix