Buen pronóstico: nuevos desafíos para el Servicio Meteorológico Nacional

La doctora Celeste Saulo, investigadora del CONICET y directora del SMN, analiza y comparte los objetivos del organismo, que busca fortalecer el vínculo con distintos actores sociales y apuesta a un modelo de diálogo de saberes. La estrecha relación con las universidades y el aporte de las Ciencias Sociales, bajo la mirada de la máxima autoridad de la institución.

Pese a que se lo suele vincular, únicamente, con saber “si llueve o no llueve” o si “hay que llevarse un saquito porque a la noche refresca”, los alcances, saberes y desafíos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) son tan diversos como enormes. Al compás de los desarrollos tecnológicos y de entramados sociales cada vez más complejos, el SMN se vincula y aporta información clave a distintos actores sociales y económicos del país.

El SMN está liderado por Celeste Saulo, doctora en Ciencias de la Atmósfera, investigadora del CONICET y primera mujer al frente de la institución. “Estamos trabajando en la instalación y adecuación de un nuevo sistema de súper cómputos que va a prestar servicio al sector científico y que es una iniciativa que compartimos con el Ministerio de Ciencia de la Nación y con el de Defensa”, cuenta Saulo en diálogo con El1.

¿Cómo es, actualmente, el vínculo entre el SMN y los distintos actores sociales?

El vínculo del SMN con actores sociales se incrementó notablemente en los últimos años. Con el sector agropecuario, de las energías renovables en todas sus formas, la gestión de aeronáutica y la del transporte en general, tenemos un vínculo estrecho muy directo, al punto de que llevamos adelante mesas sectoriales para hacer codiseño de productos y servicios que estén acordes con las necesidades de cada sector

¿Cómo juega, en este sentido, el diálogo de saberes, más allá del saber científico que ustedes ofrecen?

El diálogo de saberes es sumamente interesante tanto a nivel interdisciplinario como transdisciplinario. De ahí, la importancia de generar vínculos estratégicos con organismos y organizaciones que están en el intermedio y que pueden facilitar el acceso o la llegada a determinado sector o comunidad.

¿Cómo está el vínculo con las universidades que ofrecen la carrera de Meteorología?

Es una relación muy estrecha, tanto con la Universidad de Buenos Aires como con la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional de los Comechingones. El perfil de la Meteorología está evolucionando como sucede en todas las carreras. Hay profesionales que prefieren dedicarse de una manera más académica a desarrollar su especialidad y otros que están interesados en trabajar con las aplicaciones en la transición y traducción del conocimiento académico o en la tarea de vinculación directa con los tomadores de decisiones.

Saulo destaca que, en los últimos años, "el vínculo del SMN con actores sociales se ha incrementado notablemente". Fuente imagen: Prensa SMN.

¿Qué importancia les adjudicás a las ciencias sociales y qué lugar ocupan en el SMN?

Las ciencias sociales tienen un rol fundamental. De hecho, el SMN es uno de los primeros servicios que estableció un área para estas disciplinas, llamada “Meteorología y Sociedad”. Somos conscientes de la importancia de las ciencias sociales para codiseñar lo que producimos, para comunicar, para mejorar la utilización de la información que generamos y para mejorar las prácticas de lo que hacemos

Lazos cada vez más fuertes a nivel internacional

Saulo, además de ser directora del SMN, es vicepresidenta primera de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo especializado de las Naciones Unidas que comprende todo lo que es tiempo, clima y agua. “La OMM, en líneas generales, busca establecer mecanismos de cooperación e intercambio entre países, ya sea de datos o pronósticos meteorológicos. Argentina, por ejemplo, es centro de formación para todos los países de habla hispana. Recopilamos los datos que genera América del Sur y los enviamos a los nodos centrales globales. Por otra parte, tenemos otras responsabilidades, como el rol de vigilancia de cenizas volcánicas para todo el continente sudamericano en casos de erupciones”, explica la investigadora.