Bullying: cuál es la forma correcta de combatirlo

Según especialistas, quien lo sufre puede desarrollar consecuencias a largo plazo e, incluso, hasta la edad adulta.

En España, dos gemelas argentinas de doce años decidieron quitarse la vida por causa del bullying que sufrían en el colegio. La noticia, que conmovió a todo el país, logró poner en debate la problemática del acoso escolar que muchos niños padecen día a día.

Aunque algunos creerían que el bullying se trata de una práctica que ocurrió toda la vida, pero la directora de la Comunidad Anti Bullying Argentina, Paola Zavala, aseguró a Radio Universidad que no se debe mirar una “situación nueva con anteojos del pasado”. “Gracias a las redes sociales, el acoso puede continuar fuera del horario escolar, en épocas de vacaciones o los fines de semana”, marcó.

Esto genera que los chicos vivan en un “grado de estrés” en el que se sienten “bajo el continuo asecho de alguien”. Sin embargo, la violencia, a diferencia de la agresión, no es una conducta natural sino aprendida y quien la ejerce la ve como una forma de vinculación. Por eso, el rol del adulto se vuelve esencial al poner límites que demuestren que existen otras maneras de vinculación no violentas.

Zavala aseguró que aun es necesario que los mayores tomen conciencia de “la gravedad que implica el bullying” ya que se tiende a naturalizar como “algo habitual que ocurrió siempre”, “cosa de chicos” o “sin importancia”. Por el contrario, se trata de un precipitador debido a la situación de aislamiento en que los niños no confían en la ayuda que podrían recibir de los adultos responsables.

“El bullying causa un gran daño en el autoestima de los chicos y tiene consecuencias a largo plazo e, inclusive, en su edad adulta en los distintos ámbitos de la vida. Puede tener consecuencias físicas con trastornos del sueño y en la alimentación, porque el foco está puesto en otro lugar y no en el ámbito académico”, sentenció la especialista.