ProHuerta: alerta por el futuro de un programa que beneficia a tres millones de argentinos

Tan solo en La Matanza, cien escuelas forman parte del proyecto ProHuerta, que les da trabajo a más de 40 ingenieros y ayuda a familias, instituciones y comunidades.

ProHuerta

ProHuerta es un programa nacional que funciona en todo el país desde 1990. Este proyecto beneficia a más de tres millones de argentinos y, tan solo en La Matanza, se contabilizan cien escuelas que participan de él. Actualmente, por falta de medidas necesarias, podría concluir luego de 34 años en funcionamiento.

El programa funciona a través de técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) contratados y el apoyo financiero del ex Ministerio de Desarrollo Social. Con la posibilidad de los fondos estatales, se consiguen semillas destinadas a familias y comunidades, entrega de aves, gastos operativos y el funcionamiento de actividades de granja.

Los kits de semillas se entregan dos veces por año y se destinan a la cultivación en hogares, huertas comunitarias de instituciones o grupos específicos. Entonces, las utilizan tanto para su propio beneficio como para servicios de ayuda, tales como comedores barriales. En el caso de las escuelas, los docentes se capacitan y replican esto en sus alumnos y familiares.

Incluso, existen personas que comenzaron el cultivo destinado al autoconsumo y que hoy, por medio de la feria de emprendedores de ProHuerta, producen para vender.

ProHuerta en peligro de cierre

En la actualidad, el programa se encuentra en un momento decisivo. Debido a que no hay autoridades designadas en el área, el convenio que acuerda llevar adelante el programa entre el INTA y el ex Ministerio de Desarrollo Social no puede ser firmado.

“Desde marzo hay 43 técnicos de todo el país contratados que no están cobrando y hay mucha preocupación por la continuación del ProHuerta. No lo damos por muerto porque, obviamente, es un programa muy valioso al que queremos mucho y deseamos que continúe. Pero existe un serio riesgo de que, si esto no se resuelve, su continuidad esté muy comprometida”, lamentó Gonzalo Pares, ingeniero del INTA AMBA, a Radio Universidad.

“Son 34 años de existencia y de un gran trabajo con promotores voluntarios. A esto se le suma que trabajamos con producción agroecológica, que nuclea a una buena parte de la población con interés por la producción libre de agroquímicos. Este es un programa que se adapta a la realidad y a las necesidades de cada zona del país”, agregó Pares sobre la importancia del proyecto en la población.