¿Por qué se vive con la sensación de una ansiedad social y colectiva?

Giancarlo Quadrizzi, licenciado en Psicología, se refirió al síntoma de la ansiedad, explicó los fenómenos sociales que la provocan de manera colectiva y cómo esto perjudica a la persona.

Por Giancarlo Quadrizzi*

Así como en un momento todo era adicción o existía el concepto de uso problemático, la ansiedad viene a tomar un poco el relevo de esta sensación generalizada que aparece en muchas personas y que les permite describir una situación de malestar que están teniendo. Se habla de ansiedad, quizás, para referirse a muchas cosas que antes se llamaban con otros términos o que ni siquiera se visibilizaban.

Pasa mucho en las categorías psiquiátricas con los nombres de las enfermedades: los conceptos se ponen de moda, no por sus cualidades intrínsecas, es decir, lo que el concepto dice en sí mismo, sino por otros motivos. Y dejan de ponerse de moda también por otros motivos, que no tienen que ver con la capacidad del concepto de describir la realidad, sino, tal vez, de utilizarlo de manera que el otro entienda lo que a uno le pasa.

Al menos así se cree que es en este caso, donde la ansiedad permite una explicación de los síntomas, pero también funciona para entender el contexto social en que nos encontramos actualmente. Un pensador actual llamado Yuval Noah Harari explica en su libro ‘Homo Deus’ que la humanidad luchó históricamente contra tres males: las hambrunas, las pestes y las guerras. En este momento, dice Harari, el hombre ha superado, de modo que nunca se ha visto, estos males.

Es difícil creer que esto es real si se conoce un poco del panorama actual. Sin embargo, se refleja en que, efectivamente, de todas las guerras que tenemos ahora, hoy en día, se muere mucha más gente por azúcar que por pólvora. Este es un momento muy paradojal: tenemos muchas herramientas para enfrentar los males de la humanidad, pero no nos sentimos capacitados para enfrentarlos, no sabemos cómo encarar estas cuestiones. Y todo eso nos genera ansiedad, un miedo mortal.

Los miedos básicos de cualquier ser humano, al igual que los de cualquier animal, son que se lo coma alguien o no poder comer. Sin embargo, hoy ya no se trata sólo de comer, sino de mantener cada vez más cuestiones que nos permitan sostener una identidad que no está basada en lo que somos, sino en lo que tenemos, y lo que tenemos es mucho más fácil de perder que lo que somos.

Confundimos nuestros títulos con nuestras credenciales y, entonces, en vez de ser personas con múltiples aspectos, somos una profesión, una relación, una madre, un padre, un hijo o un empleado de determinada empresa. Los miedos a perder esta identidad están a la orden del día. El miedo a no llegar o que nos hagan algo sucede en un mundo que nos ofrece muchas cosas para tener y muchas dificultades para conservarlas.

Otro de los componentes de la ansiedad es la alta expectativa de vida actual, donde la población empieza a tener cosas, posibilidades, distintas capacidades de vestir o comer que generan la sensación de que nos falten cosas que nunca íbamos a tener, que nunca pensamos tenerlas pero que ya nos faltan.

De esta manera vamos perdidos, perdiendo la flexibilidad que se necesita para poder estar vivos y obteniendo satisfacción de diversas fuentes. Esto depende de la capacidad de vernos: si nos vemos como un peón en el tablero que otro nos está moviendo o si somos el jugador. Se trata nada más de una vida que vamos a transitar por un rato, por eso hay que aprovecharla y vivirla a pleno.

*Psicólogo