Lesbicidios en Barracas: “Tener que pagar tres vidas con fuego hace acordar a la quema de brujas del Medioevo”

En Radio Universidad, Pablo “Vasco” Sartore, referente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), denunció el avance de los “discursos y crímenes de odio” y también llamó a la unión colectiva. “En momentos en que se atacan derechos, defenderlos es más importante que nunca”, marcó.

Por Pablo "Vasco" Sartore*

Estamos ante un caso tremendo, que duele e indigna. Tres mujeres fueron asesinadas en una pensión de Barracas por un vecino que les arrojó una bomba molotov. ¿Por qué? Por ser lesbianas, por los discursos de odio que empujan estos crímenes, discursos que muchas veces son motorizados y difundidos desde el poder de turno.

Por eso, tener que pagar tres vidas con fuego nos hace acordar a la quema de brujas del Medioevo. Por suerte, una de las compañeras de las cuatro que fueron atacadas está fuera de peligro, aunque tuvo quemaduras en la cara y en las manos. Todo esto nos lleva a la crítica y a la bronca, pero también a la reflexión y la búsqueda de instancias de resistencia.

Cuando desde el poder aparecen discursos de odio, como la canciller (Diana) Modino que dijo que el matrimonio igualitario es igual a tener piojos o las barbaridades que escuchamos del biógrafo de (Javier) Milei, Nicolás Márquez, así se alimentan los crímenes de odio. Es decir, más allá del hombre que cometió el ataque, hay que seguir denunciando la responsabilidad política: desde el poder, se alienta un discurso de odio contra gays, lesbianas, pobres, inmigrantes y trabajadores, contra los sectores más vulnerables.

De qué hablamos cuando hablamos de crímenes de odio

Cuando las razones que impulsan ese asesinato exceden lo individual, eso es un crimen de odio. En otras palabras, este hombre no tenía una cuenta pendiente por una pelea personal con una de las chicas o con todas ellas; el crimen de odio refiere a direccionarlo hacia un colectivo. En este caso, la particular saña es con la orientación sexual de las chicas.

Este crimen de odio también expone otra cosa: cuatro mujeres viviendo en una pieza, en una condición social de exclusión o de marginalidad que las exponía doblemente a las violencias. Es así: para una persona LGBT, es difícil el acceso a un trabajo, a una vivienda. El cupo trans, por ejemplo, era un avance y ahora se intenta retroceder. Estamos en un momento de ataque a los derechos.

Resistir, ante todo

Desde la Federación y muchas otras organizaciones y activistas, hicimos una primera respuesta frente al Congreso, de manera espontánea. Nos concentramos más de 600 personas. Después, la asamblea de Barracas y de Lesbianas hicimos una convocatoria en Montes de Oca al 800 y de ahí marchamos a la pensión.

En este contexto, tenemos que recurrir a la organización de quienes estamos afectados. Hay que organizarse para resistir; no hay salida individual posible, solo colectiva. Lo primero es exigir justicia por las chicas, exigir que el culpable sea castigado y ver las causas que están por detrás. Este hombre ya había hostigado a las chicas y también a un pibe gay que vivía en la pensión: ya había antecedentes y no se actuó.

Así como a los derechos que conseguimos (matrimonio igualitario, ley de Identidad de Género) los conseguimos con organización y movilización y haciendo presión, de esa misma manera los tenemos que defender. En momentos en que se atacan derechos, defenderlos es más importante que nunca.

*Dirigente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), en base a entrevista de Radio Universidad