¿Negación de la adultez? La “eterna adolescencia”, un fenómeno social que toma cada vez más fuerza

“No nos debemos sorprender cuando vemos a personas de 50 años en la misma frecuencia que tienen los chicos: es un fenómeno frecuente”, analizó la psicóloga y conferencista Beatriz Goldberg.

Hoy en día, las concepciones que existen en relación con la adolescencia son muy distintas de las que predominaron tradicionalmente y una fina línea determina cuándo empieza o termina esta etapa que, en algunas personas, puede considerarse “eterna”. Para la licenciada en Psicología y conferencista Beatriz Goldberg, uno es adolescente “mientras dependa económica y, sobre todo, emocionalmente de sus padres”.

“Considero que estamos frente a eternos adolescentes, y no nos debemos sorprender cuando vemos a personas de 50 años en la misma frecuencia que tienen los chicos. Es un fenómeno que se da mucho: anteriormente, una persona después de los 20 ya tenía una carrera, un oficio y estaba emprendiendo. Ahora, si bien es bueno rectificar el rumbo cuando uno tiene claro lo que quiere, hay gente que está eternamente en la universidad”, expresó en comunicación con Radio Universidad.

Pero ¿a qué se debe esta “extensión” de la adolescencia? Según Goldberg, es producto de los miedos y la dificultad de tomar riesgos. “Algunas cosas se pueden atribuir a los factores externos, como el económico, pero también se relaciona con la desesperanza de algunos en armar proyectos que, a veces, puede venir desde las propias familias con mensajes negativos y frenadores que hacen que uno no emprenda aquello que tenía ganas de hacer”, consideró.

Asimismo, la especialista reflexionó que la sobreprotección ejercida por los padres hacia sus hijos también prolonga la adolescencia más de lo que debería. De esta manera, alertó: “En estos casos, los padres tienen una doble crisis existencial: están anteponiendo lo propio de cada uno de ellos, y son como una especie de espejo retroactivo porque empiezan a mirar lo que les pasó en sus vidas y, según esa historia, quieren proyectar con sus hijos. Sin embargo, hay que enseñarles a tener responsabilidades y no ‘acolchonarlos’ mucho”.

Es así como Goldberg aseguró que las edades y las expectativas sobre cada etapa de la vida se “desdibujaron” e, incluso, la adolescencia también comienza de manera temprana gracias a la exposición de los chicos a diferentes estímulos. “Ellos escuchan todo, están en muchos temas en los que antes no estaban y, sin dudas, las redes sociales y los medios han contribuido un montón para que esto suceda”, señaló.

Entonces, ¿cómo deberían actuar hoy los padres de adolescentes? Para la especialista, tienen que “orientar pero sin agobiar”. “Los jóvenes buscan constantemente hacia dónde quieren ir. A veces empiezan algo, luego lo dejan y vuelven a empezar otra cosa. Mientras la persona se de cuenta de que se equivocó, no debe boicotearse. El problema surge cuando vive rectificándose y no conecta con lo que le gusta. En estas situaciones, tienen que sentir la orientación de sus padres como una protección y no proyección de aquello que quieren que sean”, cerró.