Sentenciaron a penas de hasta 15 años de prisión a los integrantes de una banda de secuestradores

El Tribunal Federal N° 2 de San Martín dictó veredicto condenatorio para los imputados, entre ellos, efectivos policiales. Fue por un hecho ocurrido en octubre de 2020.

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El Tribunal Oral en lo Federal N° 2 de San Martín, presidido por los magistrados Walter Antonio Venditti, Fernando Marcelo Machado Pelloni y Daniel Omar Gutiérrez, dictó veredicto condenatorio para un banda de secuestradores extorsivos.

De acuerdo a lo informado en la resolución, el subcomisario Héctor Ricardo García recibió 15 años de cárcel por tres hechos, entre ellos, dos secuestros extorsivos “agravados por haberse logrado el cobro del rescate; por su ejecución perteneciendo a la Policía de la Provincia de Buenos Aires y por la participación de tres o más personas”, además de robo y falsedad ideológica. 

Otro de los sentenciados integrante de la banda se secuestradores es Daniel Alfredo Inverardi, con rango de teniente y capturado en González Catán en 2021 por la Policía Federal, quien recibió 14 años y ocho meses por las mismas calificaciones. Alan José Vallejos, oficial subayudante, recibió doce años y seis meses.

Ramón Eduardo Medina, alias “Pelado”, el civil de la banda y entregador de las víctimas, recibió otros doce años: su pena se unificó a una condena previa de un tribunal matancero, una pena de ejecución condicional que terminó revocada.

Según informaron, la Justicia notificó a todos los implicados que fueron inhabilitados para ser parte de una fuerza de seguridad por diez años. Tras el fallo, el fiscal general del juicio pidió extracción de testimonios para iniciar, al menos, cuatro nuevas causas por delitos como los de acción pública, en base a pruebas y testimonios presentados en el proceso, o sumar a causas ya existentes.

Secuestradores extorsivos

La investigación sobre la banda de secuestradores, a cargo de los fiscales Mariela Labozzetta y Santiago Marquevich, reveló que los secuestradores no solo engañaron, agredieron y extorsionaron a sus ocho víctimas: además, los mantuvieron cautivos dentro de un destacamento de Ciudad Evita a cambio del pago de un rescate.

El primer secuestro ocurrió el 28 de septiembre de 2020 y el segundo, el 14 de octubre de 2020.

Primer acto

El primer hecho de la banda de secuestradores ocurrió en horas de la noche cuando un grupo de cuatro jóvenes de Ciudad Oculta habían llegado a bordo de una camioneta Ford EcoSport a la puerta del hospital Balestrini. Los había convocado Ramón Medina, conocido como “Pelado”, para cometer un robo.

Mientras esperaban en el lugar, fueron chocados por una Ford Ranger con los colores e insignias de la Policía de la provincia de Buenos Aires y otro auto blanco. De allí bajaron varios policías uniformados que, a punta de pistola, los redujeron y los ataron con precintos.

Luego los trasladaron a una comisaría cercana donde un hombre al que todos llamaban “jefe”, vestido también de policía, los amenazó con “armarles una causa” y dejarlos detenidos si no reunían 300.000 pesos en efectivo en cuestión de una hora.

Los jóvenes fueron maltratados y golpeados en la dependencia mientras contactaban con sus teléfonos a familiares y amigos hasta que pudieron confirmar que habían reunido entre todos la suma del rescate. La entrega se llevó a cabo en las inmediaciones del hospital Ballestrini, donde comenzó la secuencia. Luego, los liberaron.

Segundo acto de la banda de secuestradores

El segundo caso ocurrió menos de un mes después, durante la madrugada, con una mecánica similar. Cuando cuatro jóvenes oriundos del barrio de Barracas esperaban a bordo de un Volkswagen Gol azul en Ciudad Evita para realizar un “trabajo”. Uno de los jóvenes del grupo había entablado contacto a través de Instagram con una personas que fue quien lo convenció de que tenía una oportunidad para ofrecerle.

La implicada le aseguró que el "trabajo" le iba a garantizar “mucho dinero y oro” para él y sus amigos: les propuso asaltar a una pareja de ancianos. La mujer le facilitó un número al que debía llamar para recibir directivas y, cuando lo hicieron, la única indicación que recibieron fue el lugar donde esperar.

En ese punto les ocurrió lo mismo que a las víctimas anteriores. Una camioneta Ford Ranger de la Bonaerense los interceptó, junto a otros dos autos. Varios hombres de civil armados los amenazaron y, tras una breve persecución, los detuvieron.

Mismo modus operandi: los llevaron a una comisaría, los encerraron en una oficina, los golpearon y los amenazaron con el armado de una causa si no reunían una determinada suma de dinero en dólares. El hermano de uno de los jóvenes fue hasta el lugar indicado con el dinero en el barrio de Constitución, pero no efectuó el pago porque los secuestradores no iban con las víctimas.

Los policías secuestradores los liberaron igual, pero primero les robaron sus pertenencias, los obligaron a firmar una serie de documentos que no les permitieron leer y les secuestraron su auto.

Como resultado, los investigadores determinaron un descuido notable: el patrullero involucrado en los hechos pertenecía al grupo de apoyo Departamental La Matanza y era utilizado por el Destacamento José Ingenieros. En este marco, identificaron y ordenaron la detención del civil y los policías sospechados de organizar los secuestros.