Juicio por jurados y veredicto de inocencia: “Las jornadas se llevaron con total tranquilidad”, destacó la jueza Rizzuto

Hace una semana, un jurado popular determinó el veredicto de no culpabilidad para una agente de la Policía Bonaerense acusada de cometer el delito de “Homicidio calificado” de Federico “Pochi” Barrios en 2019 en Virrey del Pino, luego de dos jornadas presididas por el Tribunal en lo Criminal N° 5 que se realizaron en la Sala de Juicios de la UNLaM, la jueza Gabriela Rizzuto mantuvo un diálogo exclusivo con El1 en que brindó detalles del proceso judicial.

“Las jornadas se llevaron con total tranquilidad. En la primera de ellas se desarrolló toda la prueba y en la segunda se llevaron a cabo los alegatos de todas las partes. Sí hubo gritos por parte de los familiares de la víctima ante la resolución de los jurados, pero no más que eso, e intervino muy correctamente la letrada del particular damnificado”, expresó. 

Además, señaló que se consensuó de antemano entre ambas partes unos “acuerdos probatorios o estipulaciones probatorias”, en donde se prevé no discutir determinadas circunstancias y que, por lo tanto, esos puntos no van a ser considerados objetos de prueba sino que se establecen como “hechos probados” ante los jurados. Entre ellos, se encontraba el robo que desencadenó la intervención de la oficial, que dio comienzo a la persecución que finalizó con la muerte de Barrios.

“Se trató de una causa que llegó a juicio oral a partir de una acusación que había sobre la imputada en función de que se le atribuía haber matado a una persona mediante el abuso de su condición como funcionaria policial. Por otra parte, el discurso de la defensa se oponía a lo manifestado por la acusación, en cuanto a que expresaban que la oficial había actuado cumpliendo con su deber”, explicó. 

La voz de los testigos

En cuanto a las personas que se presentaron en las jornadas a declarar sobre los hechos dado que se encontraban en el lugar cuando ocurrió, la jueza Rizzuto hizo hincapié en que se manejaron dos versiones. La primera establecía que la víctima portaba un arma con la que apuntó contra la policía y la segunda señalaba que, al momento de recibir el disparo, se encontraba con las manos hacia arriba entregándose.

“Los elementos que se le presentaron a los jurados fueron los acuerdos probatorios que funcionan como pruebas y la declaración de los testigos de ambas partes. Incluso, se llevó a cabo un careo durante el debate, que se basa en confrontar a dos testigos con declaraciones contradictorias, para que los jurados puedan tener en cuenta cómo defendieron sus posturas frente al otro, cuáles fueron los gestos, con el fin de verificar la credibilidad de cada uno de los testimonios”, amplió.

Los detalles del episodio

El hecho habría comenzado cuando la uniformada detectó a un hombre que presuntamente estaba robándole a otro y que, al observar la presencia policial, se dio a la fuga a bordo de una bicicleta por las arterias de la zona. A partir de allí, un motociclista habría ayudado a la oficial a perseguir al sospechoso hasta llegar a la calle Chivilcoy entre Saujil y Camarones, del barrio Nicole de Virrey del Pino.

“La oficial, debidamente uniformada, en cumplimiento de sus funciones y provista de un arma reglamentaria, efectuó al menos un disparo a la altura de la región posterior del hemitórax derecho ocasionando lesiones que desencadenaron en su muerte”, se detalla en el informe de la Fiscalía al que accedió este medio. Los testigos del suceso señalaron durante sus declaraciones que escucharon a la oficial dar la voz de alto. Además, los peritos secuestraron en el lugar un revólver calibre 32 sin municiones perteneciente a la víctima, que resultó ser “no apto para la producción de disparos”.