Dato preocupante: el 70 por ciento de las personas detenidas son reincidentes

El 29 de agosto, una familia de Isidro Casanova fue víctima de una violenta “entradera”. Alrededor de las 10, Sergio, el dueño de casa, salió al patio y se encontró con un grupo de tres delincuentes armados que le exigían una suma de dinero que no tenía. Lo amordazaron, golpearon, ahorcaron y hasta amenazaron con secuestrar a su hija de ocho años. Tras apoderarse de dinero en efectivo, teléfonos celulares y la consola DVR (grabador de video digital) para evitar que se los identifique por medio de las cámaras de seguridad, se dieron a la fuga. Sin embargo, cuando escapaban con el botín, un policía que custodiaba una escuela cercana dio la voz de alto y, al no lograr que depusieran su actitud, disparó y mató a uno de los criminales.

Un factor que cobró relevancia con el correr de las horas fue que el ladrón abatido había salido en libertad de la Unidad Penitenciaria N° 43 de González Catán hacía solo una semana, donde se encontraba detenido a disposición de la UFI N° 3 local por un robo calificado de 2019. Además, según fuentes policiales, registraba antecedentes, también de 2019, por un delito de robo que investiga la UFI N° 5, por lo que era reincidente. Este hecho volvió a encender las alarmas sobre la problemática de la inseguridad en La Matanza, pero también puso el foco sobre la reincidencia.

Control de liberados

El juez del Tribunal en lo Criminal N° 4 del Departamento Judicial de La Matanza, Franco Fiumara, explicó que, cuando un detenido sale de prisión, queda a cargo del Patronato de Liberados. “Este depende del Ministerio de Justicia de la Provincia de Buenos Aires; ellos llevan adelante los controles e, inclusive, hacen informes socioambientales; van a las viviendas, pero lo que pasa es que carecen de mucho personal, trabajan muy pocos para la cantidad de gente que está bajo control de ellos, pero ese es el control que el Estado da. A veces, el Poder Judicial, incluso en algunos casos específicos, pide que la persona se presente en la comisaría una vez a la semana o que vaya un policía a la casa a controlar, pero el tema es muy complejo”, detalló.

Por otra parte, el juez Matías Deane, del Tribunal en lo Criminal N° 5 de La Matanza, señaló que, si las personas acceden a una libertad anticipada y cometen nuevamente un ilícito, se les revoca ese beneficio: “Deberán cumplir lo que les restaba de condena más la pena correspondiente al nuevo delito", resaltó. Sin embargo, en el caso de que vuelvan a delinquir tras cumplir con la totalidad de una condena, serán declarados reincidentes y se tendrá en cuenta para la segunda condena que se les imponga.

“Esta característica va a importar para que no se les permita acceder a muchos de los institutos de salidas anticipadas. La reincidencia funciona como una circunstancia por la cual se agrava el tratamiento penitenciario. En la nueva causa, la persona condenada va a recibir un tratamiento penitenciario más riguroso porque ya ha sido declarado reincidente en el proceso anterior”, amplió el magistrado.

¿Cómo bajar la reincidencia?

Consultado por el problema de los reincidentes, el juez Deane aseguró que “hay una estadística muy alta: alrededor del 70 por ciento de personas detenidas son reincidentes”. En este sentido, sumó: “Sin embargo, está empíricamente demostrado que disminuye drásticamente el nivel de reincidencia si se aplican programas tanto de inserción laboral como de inserción educativa a los presos, como acceder a un curso o a algún ámbito de educación terciaria, universitaria o de oficios”.

En esta línea, el magistrado expresó que, “cuando se deja a una persona privada de su libertad en las cárceles en las condiciones en las que están y sin ningún tipo de capacitación, educación o incentivo, como sociedad hay que generar una discusión porque se está formando un caldo de cultivo por el cual las prisiones, muchas veces, terminan siendo verdaderas escuelas del delito y los niveles de reincidencia terminan siendo muy altos”, cerró.