Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas: Cartas de esperanza en tiempos de guerra

A 42 años del conflicto bélico en el Atlántico Sur, El1 reconstruye aquellos días de lucha a través de las cartas que enviaban los soldados desde la zona de combate. Un emotivo homenaje a nuestros eternos héroes en su día.

El 2 de abril de 1982 tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas iniciando lo que fue la guerra entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. De aquella contienda, orquestada por la dictadura militar, se conserva material fotográfico, imágenes audiovisuales, registros periodísticos y testimonios oficiales. Pero también perduran documentos más íntimos. Son cartas que viajaron desde y hacia el frente.

Recuerdos en papel de los días de guerra

La mayoría de los combatientes eran jóvenes, demasiado jóvenes para conocer los horrores de la guerra. Fueron más de 12.500 los conscriptos destinados a Malvinas. Tenían entre 18 y 20 años, en general de las clases 1962 y 1963. Pero su juventud no los retrajo de prestar servicio a la Patria y enfrentar la crudeza de los combates. Sus impresiones sobre los días en el sur, el frío, la espera, la incertidumbre, el miedo, las reflexiones sobre la vida y la muerte, todo quedó plasmado en aquellas misivas.

Muchas de esas cartas hoy se conservan en colecciones como la del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, en la ex ESMA, o se exponen, como la muestra realizada en la Biblioteca Leopoldo Marechal en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) o la exhibición permanente Otras son atesoradas por los familiares de los soldados, oficiales y suboficiales que pelearon en las islas. También hay escritos que guardan otros ciudadanos de cuando escribían a los combatientes para brindarles apoyo emocional. Muchos eran niños, niñas y adolescentes que les dedicaban palabras de aliento y les enviaban postales y dibujitos.  

Es que las cartas eran el único vínculo que los soldados tenían con el mundo exterior. Del otro lado del papel, en el continente, las noticias de la guerra eran manipuladas para exaltar con fervor patriótico los ánimos de la población.

Se organizaban cruzadas para recaudar fondos, como el programa televisivo Las 24 horas de las Malvinas, conducido por los legendarios locutores Cacho Fontana y la matancer Pinky (Lidia Satragno). Del teletón participaron numerosos artistas y personalidades de la cultura y el espectáculo. La meta era financiar insumos para las tropas, además de recolectar medicamentos, comida y otros objetos que nunca llegaron a destino…

En esa línea, en las escuelas también se impulsaba el apoyo a los combatientes cantando todos los días la Marcha de las Malvinas y se implementaban actividades prácticas de investigación para seguir los vaivenes de la guerra. Además de otras estrategias de difusión para visibilizar la situación argentina en el resto del mundo.

Cartas al continente y al mundo sobre la Guerra de Malvinas

A la euforia por el desembarco en Malvinas se la acompañó desde las aulas con la realización de trabajos prácticos y proyectos como Cartas al Mundo. Era un programa a través del cual se le pedía a la gente que redactaran cartas que se enviaban a códigos postales de distintos países para explicar cómo se vivía durante la guerra y por qué las Malvinas eran argentinas.

Silvia Lanzillotta, por entonces estudiante de secundaria, recuerda el soporte documental que debían armar sobre el conflicto bélico. “Nos mandaban a hacer un trabajo de recopilación día por día de artículos periodísticos, económicos, internacionales, civiles y de guerra, sobre lo que pasaba en el frente y las distintas posturas que había. En ese momento se usaba mucho el diario de papel”.

"Uno creía que se iba a llegar a ganar".

Silvia Lanzillotta

La vecina de La Matanza todavía conserva la carpeta de recortes escrita con mecanografía sobre hojas amarillentas. Allí daba cuenta diariamente de los avances de la guerra según el discurso oficial que imperaba en los medios gráficos. “Lo que íbamos leyendo era satisfactorio, sin saber en qué iba a terminar. En ese momento uno creía que se iba a llegar a ganar, estaba convencido”, recuerda con tristeza.

Otros intercambios epistolares surgían más espontáneamente. Como en el caso de Norma Sartor, que por aquel entonces tenía 14 años y cursaba el secundario en el Colegio Parroquial de San Justo. Ella mantuvo comunicación con Juan Carlos Zangani, uno de los 323 tripulantes del crucero ARA General Belgrano.

“Él era cuatro años mayor que yo, era amigo de mi hermano y de todos los exalumnos del instituto parroquial. Era buenísimo, era amigo de todos. Vi la oportunidad de escribirle y como me contestaba seguimos carta va y carta viene”, evocó en diálogo con El1.

"Siento un gran temor por lo que me espera afuera".

Juan Carlos Zangani, tripulante del ARA General Belgrano.

Juan Carlos estaba terminando la conscripción cuando el conflicto bélico estalló. La angustia que sentía por la guerra y el futuro se plasmaba en cada línea que escribía. “En su última carta, me pedía que nos acordemos de él cuando estuviera flotando en ese barco de lata rumbo a un destino incierto…pobrecito, le faltaba poco para terminar la colimba y tenía mucho miedo a la incertidumbre de lo que iba a pasar después”, revivió.

En esa última carta, el joven soldado le confesó: “Yo daría cualquier cosa por volver a esa época preciosa de mi adolescencia y para que los 80 días que me quedan se pasen volando. Después habría que encarar la vida desde otro punto de vista y no me siento muy seguro de estar preparado para eso. Te parecerá extraño, pero junto con las inmensas ganas que tengo de salir de esta mugre, también siento un gran temor por lo que me espera afuera. No sé si voy a ser capaz de abrir las alas y despegar por mí mismo”.

A las 14 horas del 2 de mayo, el ARA General Belgrano fue atacado con torpedos del submarino HMS Conqueror. Estaba fuera del área de exclusión militar de 200 millas alrededor de las islas que había establecido el Reino Unido el 30 de abril. En el hundimiento, fallecieron 323 tripulantes, la mitad de todos los caídos en la guerra de Malvinas. Zangani fue uno de ellos.

A 42 años de la guerra, en aquellas líneas escritas con manos entumecidas por el frío aun pervive el recuerdo de quienes se quedaron custodiando el suelo austral. También la inocencia de los jóvenes que combatieron con fiereza y regresaron como veteranos. Con cada trazo, cada coma y cada punto final continúan proclamando desde el papel envejecido una verdad irrevocable: las Malvinas son argentinas.

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Producción UNLaM TV: Marina Durand
Edición: Oscar Falcón
Locución: Marina Durand y Gonzalo Rodríguez
Cámara: Irena Moya
Imágenes de archivo: Correo Argentino, A24, Gustavo Mariani, Telefé Noticias y Skyhawk95.