Rodolfo Mederos: “Hay tres maneras de hacer música: por dinero, por gloria y por disfrute”

El eximio bandoneonista recordó sus primeros pasos en la música y su trabajo con los jóvenes que quieren aprender a tocar el instrumento.

El tango se caracteriza por sus letras melancólicas y tristes, pero dentro de su ritmo no puede faltar el bandoneón... ese instrumento que llegó desde Alemania y se instaló en la zona del Río de la Plata. Uno de sus referentes es el reconocido artista Rodolfo Mederos, quien recordó su infancia, su trayectoria y su labor con los jóvenes músicos a quienes les enseña los secretos para tocar el bandoneón.

En diálogo con Radio Universidad, el compositor señaló: “Hacer cosas es la razón por la que nos movemos en este plantea y la música es un estímulo emocional para la gente, es una guía, una manera de abrir caminos y posibilidades. Tuve suerte y la vida fue muy generosa conmigo; vengo de un hogar humilde que me formó ideológicamente y sensiblemente en mis conductas”.

El artista comentó que sus padres le regalaron su primer bandoneón a los cinco años y todas las noches escuchaban la radio donde se transmitían los mejores tangos de la época y él comenzó a tocar y a repetir las notas, hasta perfeccionarse. “Hay tres maneras de hacer música: por el dinero; por la gloria, buscando el aplauso y por el disfrute para comunicar algo”, remarcó.

También, Mederos recordó que durante su juventud era estudiante de la Carrera de Biología en la Universidad de Córdoba, pero su vida dio un giro inesperado y su padre le dio dinero para que viaje a Buenos Aires a cumplir su sueño. “Tocar el bandoneón tiene una raigambre particular en nuestra cultura y haber vivido en la época de los grandes músicos, como Osvaldo Pugliese, haber tenido la posibilidad de ser parte de su orquesta y aprender muchas cosas que no están en los libros, ni en las aulas, sino en la vida, es extraordinario”, expresó.

Y agregó: “Siento que lo que recibí en mi vida no lo puedo dejar de compartir, de lo contrario, siento culpa. Aprendí algo y no lo puedo poner en una caja fuerte, eso es lo que me impulsa a trabajar con los estudiantes y aprendo mucho con ellos porque son competentes y entusiastas”.

Además, indicó que el bandoneón le da un sentido de pertenencia, pero no quiere repetir o imitar otros ritmos o canciones. “Considero que los sonidos urbanos por excelencia son el tango y el rock. Me siento atravesado por estos y con ganas de expresarme”, manifestó. En relación a esta Casa de Altos Estudios y a sus instalaciones, el bandoneonista opinó: “La Universidad es enorme, el Teatro Universidad es maravilloso y excelso desde lo acústico y lo estético. ¡Es envidiable!”.