Federico Palazzo: “'Yo Nena, Yo Princesa' llega para visibilizar derechos”

El guionista y director habló sobre su trabajo en el filme rodado en la Universidad Nacional de La Matanza, que estrena este jueves en salas de cine. “Los recursos humanos de la Universidad que trabajaron en la película lo hicieron con idoneidad, entrega y amor”, destacó el cineasta.

Fede Palazzo Yo nena yo princesa

Este jueves, diversas pantallas cinematográficas del país comenzarán a proyectar una historia real de amor y de lucha inagotables. Se trata de la película Yo Nena, Yo Princesa, con guion y dirección de Federico Palazzo, basada en el libro de igual título escrito por Gabriela Mansilla, y con las actuaciones protagónicas de Eleonora Wexler, Juan Palomino, Isabella G. C. y Valentino Vena. Su rodaje se llevó a cabo entre abril y mayo del corriente año y tuvo como locación principal la Universidad Nacional de La Matanza.  

El largometraje, producido por Grupo Octubre, UNLaM, Tronera Films, Arco Libre, Aleph Media y HSVG Producciones, sigue la lucha de Mansilla por el respeto de la identidad de género de su hija Luana, quien- en 2013- fue la primera menor trans en el mundo en tener un documento oficial acorde a su identidad de género sin necesidad de judicializar el trámite.

“Las motivaciones por las que me metí en este proyecto están relacionadas con postulados que tienen que ver con lo humano, con sentirme útil, y esa relación con la empatía, con lo que me sucede con la felicidad del otrx. Cuando la profesión abraza esta utilidad, la unidad de sentido se torna mucho más valiosa, entonces, poder trabajar en lo que me gusta y encima producir un resultado positivo sobre otrxs, estimula y sienta bien. Esta película llega para visibilizar derechos, hay una niña trans que dijo 'Yo quiero ser actora para ayudar a las personas como yo, para que haya un mundo más justo', si eso no es motivador, no tenemos sangre en las venas”, expresó Federico Palazzo en diálogo con El1 Digital.  

Y, a continuación, agregó: “No es una película que busque ser aleccionadora, no venimos a decir 'porque vos', 'porque yo', y tratar de construir un debate, sino que es un reflejo de una realidad que sucede hoy, está basada en hechos reales, como los que le sucedieron a la familia de Gabriela, y en especificidad concreta a Luana, que gritó su autopercepción contra viento y marea con una valentía enorme. Y no quiero pecar de grandilocuente, aunque de eso se trata mi profesión, pero tal vez podamos salvar alguna vida, ya que la mayoría de las personas travestis o trans se suicidan en un promedio de 40 años de edad, porque no tuvieron acceso a educación, salud, trabajo, las puertas están todas cerradas, y hemos construido una sociedad que ha discriminado a las minorías, por lo que cuando en nuestro trabajo audiovisual tenemos la oportunidad de poder hacer el bien, siendo humanos y abrazando a humanos, vale la pena”.

Cabe recordar que, en mayo de 2012, se promulgó la Ley 26.743, que establece el derecho a la identidad de género de las personas, y a mediados de este año, se promulgó la Ley 27.636, que establece que el sector público nacional debe reservar, por lo menos, un uno por ciento de sus cargos y vacantes para personas travestis, transexuales y transgénero. Palazzo destacó dicho marco jurídico, pero resaltó la necesidad de llevar adelante una “tarea cultural”, para que “la sociedad articule las diferencias de buen trato que debe ofrecer”.

De las páginas del libro a los planos cinematográficos

Yo Nena, Yo Princesa es un filme apto para todo público, en el que el guionista y director mantuvo todas las cuestiones que debían ser vectores fundacionales de la vida y el respeto por la familia de Gabriela y Luana. El relato audiovisual acompaña a una madre que comprende que ni médicos, ni psicólogos, encuentran la causa de los padecimientos de Manuel, uno de sus hijos mellizos. Desesperada busca soluciones, hasta que descubre que todo se debe a que el niño no se identifica con el sexo que le asignaron al nacer, y emprende una lucha interminable contra los prejuicios y los saberes instituidos.

“Me fui adentrando a partir de la generosidad de Gabriela y su familia para conocer el aire que respiraban, sus ilusiones, sus frustraciones, el gusto de su comida, estar en su casa y caminar los mismos caminos que caminaron. Ahí pude entender de qué manera funcionó el cuenco familiar y de qué manera hacer que la poesía viva dentro de esa dramaturgia. De ahí en adelante los que terminamos de hacer la adaptación somos meros interlocutores, en mi caso de haber leído el libro y muchísimo material online, de haber conversado con Gabriela y de haber conocido su arco familiar para entender dónde tenía que poner los claroscuros y las metáforas, para que la película fluyera”, describió Federico.

Experiencia en el set

El filme, declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación, se rodó durante 25 jornadas diurnas en las que los espacios de la UNLaM se transformaron en lugares representativos para el relato audiovisual, por lo que se montaron las habitaciones de la casa de Luana, jardines de infantes, una pista de patinaje artístico, un registro civil, consultorios médicos y oficinas del Juzgado de Minoridad y Familia, entre otros.

“Mi balance de haber filmado en la Universidad Nacional de La Matanza es enormemente positivo, porque aportó cosas que son valiosísimas en la industria. No solamente fue a partir del hecho del uso del espacio, y en consecuencia la cualidad de gozar de mejor tiempo para filmar, que ya veníamos con la contrariedad de estar filmando con minoridad en un tiempo muy acotado y en pleno COVID, sino que también los recursos humanos de la Universidad que trabajaron en la película lo hicieron con idoneidad, entrega y amor”, valoró el cineasta.