En Argentina se pierden y desperdician más de 16 millones de toneladas de comida por año

El 12,5 por ciento de todos los alimentos que se producen se pierden en la cadena productiva o en su comercialización. Expertos del CONICET proponen soluciones para recuperar recursos, revalorizar la industria, cuidar el ambiente y, al mismo tiempo, generar conciencia en los hogares sobre el tema.

Durante los últimos años, el hambre y la inseguridad alimentaria crecieron notablemente en Latinoamérica, según indica el último informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Sin embargo, los especialistas aseguran que no se trata de un problema de producción de alimentos ya que la región podría abastecer a más de 1.300 millones de personas, es decir, el doble de su población. 

¿Cuál es la causa, entonces? Entre los factores principales, los expertos hacen hincapié en la pérdida y desperdicio de alimentos. “Se habla de pérdidas cuando ocurren en los niveles primarios de producción, en la poscosecha o procesamiento de la cadenas. Mientras que se trata de desperdicios cuando ocurre en la comercialización y el consumo a nivel doméstico”, diferenció Ariel Vicente, investigador principal del CONICET, a la Agencia CTyS UNLaM

En Argentina, particularmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), los consumidores desechan un promedio de 8,4 kilogramos de comida por año en sus hogares, lo que equivale a 2,9 kilogramos por habitante. “En muchos casos, los desperdicios ocurren por problemas como no tener una planificación en las compras o no saber cómo hacer el aprovechamiento de los alimentos a nivel doméstico”, agregó el ingeniero agrónomo. 

¿Cómo evitar y reducir estas cifras?

No solo se trata de una problemática nacional. En la cadena global, los alimentos que se pierden o desperdician equivaldría a poder alimentar a 2.000 millones de personas, cuando la FAO fijó que aproximadamente unas 815 millones de personas son las que sufren hambre. 

En ese sentido, señaló: “Existen varias alternativas para evitar estos desechos. Una es reducir el consumo o pensar en un consumo responsable, como comprar acorde a lo que se va a consumir. Es cierto que existen varias metodologías para conservar los alimentos refrigerarlos, congelarlos, deshidratarlos, producir conservas o confituras y que no se deterioren".

Años atrás, cuando una fruta o verdura no era lo suficientemente estética para ser comercializada, se descartaba sólo por ese motivo. Ahora, al comprenderse el impacto negativo del desperdicio de alimentos se está prestando más atención a aprovechar esos productos", explicó Olmedo a la Agencia CTyS UNLaM

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"En Argentina contamos con producción de alimentos que podrían abastecer a 400 millones de personas, cuando somos 45 millones", aseguraron los expertos.