Agua dulce: un recurso natural finito esencial para la vida

En el Día Mundial del Agua, especialistas del CONICET aseguran que a causa de factores socio-ambientales cada vez es necesaria más agua para subsistir. Además, indicaron que, si bien Argentina se ubica dentro de los países de la región con mayor cobertura de los servicios de agua potable, aún persiste un porcentaje de la población que debe abastecerse de este recurso mediante formas alternativas.

Cada 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, fecha instalada por la ONU con el objetivo de generar conciencia acerca de la crisis global del agua y de la necesidad de adoptar medidas para alcanzar uno de los objetivos enmarcados en el desarrollo sostenible del milenio: obtener agua y saneamiento para todas las personas antes de 2030.

Si bien América Latina cuenta con el 33 por ciento de las reservas mundiales de agua limpia, los últimos informes de la UNESCO señalan que más de 166 millones de habitantes aún no tienen acceso a sistemas seguros de abastecimiento de agua en esta región. 

“La realidad es que, debido al desarrollo económico, la población mundial en expansión, el crecimiento de los entramados urbanos y de las actividades relacionadas a la agricultura y la industria, cada vez necesitamos más agua para asegurar nuestra subsistencia”, aseguró Diego Frau, investigador en el Instituto Nacional de Limnología (INALI, CONICET-UNL). 

Asimismo, el experto continuó: “Esto tiene algunas otras implicancias que deben ser atendidas, como es el efecto que tienen dichos patrones de consumo de agua sobre el funcionamiento y provisión de servicios ecosistémicos de nuestros cuerpos de agua dulce”. 

Según indicaron los especialistas, uno de los ejes que en la actualidad atraviesa el acceso y manejo del agua es su vinculación con los efectos por el cambio climático, potenciados por el aumento de la concentración de gases con efecto invernadero en la atmósfera. 

“Esto se traduce en olas de calor más frecuentes y periodos prolongados de sequía, seguidos de precipitaciones ocasionales de gran magnitud. Dichos fenómenos afectarán gravemente a la producción agroganadera, dado que depende fuertemente de precipitaciones adecuadas para el crecimiento de los cultivos y pasturas para el ganado, así como también al sistema de drenaje de las ciudades y fuentes de aprovisionamiento para la producción de agua potable”, aseveró Frau. 

Por su parte, la doctora Analía Ale, también investigadora en el INALI, afirmó a Prensa CONICET: “La forma en que valoremos el agua determina la forma en que se la gestiona y se asigna para sus diferentes usos. En este sentido, el agua se convierte en un recurso finito e irremplazable que tiene un elevado valor para nuestra subsistencia como especie humana, pero también para todo el resto de las especies que dependen y sobreviven gracias al agua”. 

“Esperamos que conocer un poco más sobre este recurso vital genere en cada habitante mayor consciencia sobre su uso racional y adecuado, para cuidar lo que nos rodea y así también, cuidarnos”, finalizó la especialista.