La historia del Instituto French, el colegio que anunció el cierre luego de más medio siglo

Desde su apertura, el establecimiento educativo ramense, que anunció que finalizará sus actividades por problemas económicos, se identificó con el lema “No aprendemos para la escuela, sino para la vida”.

El martes, a través de un comunicado, el Instituto French, de Ramos Mejía, informó a padres, alumnos y docentes que no va a matricular, en ninguno de sus niveles, para el ciclo lectivo 2021. Así, se cortaría una larga trayectoria de 56 años para una institución cuyo lema es: “No aprendemos para la escuela, sino para la vida”.

En 1962, un grupo de docentes creó un espacio que tenía la finalidad de preparar a los alumnos para aprobar exámenes de ingreso para el ciclo secundario. Meses después, tres de esos trabajadores de la educación comenzaron con los trámites para que la academia fuera habilitada como un espacio de enseñanza privada, de carácter laico. Así, el 29 de marzo de 1964, el Instituto French abrió sus puertas para recibir a la comunidad estudiantil de Ramos Mejía. Durante en primer ciclo, se inscribieron solamente 82 alumnos; sin embargo, la matrícula no dejó de crecer y multiplicarse en el transcurso de los años.

El espacio educativo siempre se caracterizó por incentivar a los estudiantes a realizar tareas y talleres más allá de los que eran exigidos en las aulas. Por tal motivo, en 1976, se creó el Coro de Cámara del Instituto French. El objetivo era brindar a los exalumnos un sitio para que pudieran continuar desarrollando sus inquietudes musicales. La repercusión fue tan buena que, a través de los años, se presentaron, entre otros lugares, en LRA Radio Nacional, la Catedral de Buenos Aires, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y el Salón Dorado del Teatro Colón.

En 1997, respondiendo a las demandas de la comunidad, se abrió el cupo para el Nivel Primario, mientras que, con el comienzo del nuevo milenio, se sumó el Nivel Inicial. Este hecho significó, para el establecimiento, “concluir el sueño de brindar a las familias una educación de calidad desde los primeros años de vida”. Como prueba de la excelencia académica a la que siempre se apuntó, en el Operativo Aprender (Programa de Evaluación Educativa Nacional) de 2017, los alumnos de sexto grado obtuvieron el ciento por ciento aprobado en Ciencias Sociales y el 87 por ciento en Ciencias Naturales. Estos logros ubicaron a la institución dentro de las 20 mejores de la Provincia.

A lo largo de estos 56 años, el establecimiento pretendió “formar ciudadanos que estén comprometidos con el entorno en que habitan, capaces de ser protagonistas de un futuro complejo. (Que sean) críticos, creadores y transformadores de la sociedad; que puedan insertarse en el mundo cambiante, actual sin perder su individualidad única e irrepetible contando con herramientas que les permitan fomentar el trabajo grupal responsable, la solidaridad con su entorno y su propio proyecto de vida”.

Hoy, gran parte de la comunidad educativa y de la localidad de Ramos Mejía lamenta la noticia. Los uniformes dejarán de recorrer las calles, los gritos de los chicos durante los recreos se apagarán y, por sobre todo, una gran cantidad de docentes y auxiliares deberán encontrar nuevos empleos. El ocaso de un emblema.