Voluntarias del Hospital del Niño de San Justo: una colmena llena de amor por la comunidad

Un grupo de madres, abuelas y bisabuelas realiza tareas de apoyo anímico y social y de ayuda a las familias que se ven obligadas a transitar por el nosocomio pediátrico.

A través de la premisa “Todo lo hacemos por los chicos”, madres, abuelas y bisabuelas integran el voluntariado del Hospital del Niño de San Justo. El proyecto comenzó en 1970 y, desde entonces, las distintas voluntarias nunca dejaron de brindar amor, cariño y contención a los chicos y familias que visitan, transcurren o habitan de manera temporal el centro salud pediátrico municipal (ubicado en la calle Dr. Ramón Carrillo 4.175).

Las tareas que se desarrollan en el espacio son muchas y las voluntarias funcionan como una colmena de abejas. La colonia, de más de 25 obreras, tiene vital importancia. No solo se dedican a la gran labor de separar, categorizar, doblar y preparar las miniprendas de ropa que serán destinadas a los niños y familias del nosocomio, sino que otras voluntarias realizan un trabajo de escucha y apoyo social a las madres que transitan el Hospital.

La abeja reina, en este caso, son dos: las coordinadoras del proyecto. Una de ellas es Silvina Dárderes, titular del voluntariado del Hospital del Niño. “Realmente, el voluntariado me viene en la sangre, pero nunca pensé que podría hacer tanto acá. Nadie me pide nada, lo doy porque quiero y realmente tengo un grupo maravilloso”, compartió a El1.

Las abejas obreras: las encargadas de que todo funcione

Trabajan desde las 9 hasta 12 y se organizan por grupos; de lunes a viernes, cada equipo tiene una actividad diferente. Algunas tienen la tarea específica de separar la ropa. Otras se ocupan de “El Rincón”, el espacio dedicado a la lectura de libros y cuadernos, dibujo, juegos y creatividad artística con los niños. Luego están las que hacen “sala”, que salen del panal para hablar con las familias del hospital, comprender sus necesidades y transmitir el mensaje de cada pedido específico a las compañeras que se encuentran en la colonia.

Cecilia forma parte del lugar desde hace nueve años y es una de las encargadas de las necesidades de los chicos. Ella procura hablar con las familias para cumplir con los cuidados básicos de higiene, ropa, lectura o juguetes.

Por su parte, Graciela y Zara se dedican a acomodar la ropa y preparar los pedidos para los pacientes. “Nos encanta buscar lo mejor para esos chicos. Nos alegra. Nos ponemos felices cuando encontramos la ropa que buscan, el talle que les va. Nos emocionamos. Estamos felices de hacerlo y nos vamos llenas”, contaron entre lágrimas.

Desde la colonia, reciben de todo: buzos, pantalones, camperas y remeras, entre otras prendas. También piden ropa para las madres y artículos de higiene ya que, muchas veces, deben quedarse mucho tiempo cuidando a sus hijos.

Para contactarlas y colaborar, es posible comunicarse a través de su página de Facebook Voluntarias San Justo, la cuenta de Instagram @voluntarias_htalsanjusto o el número de teléfono 11-6568-9026 (Silvina).