Escuela Técnica N° 5 de San Justo: alumnos de Electromecánica y Química desarrollaron innovadores proyectos
Las propuestas, destinadas al ámbito deportivo, gastronómico e incluso a las mascotas de la casa, son diseñadas en las aulas y laboratorios del establecimiento educativo son premiadas en ferias de ciencias a nivel regional y provincial.
Gracias a su orientación en Electromecánica y Química, los alumnos de la Escuela de Educación Secundaria Técnica N° 5 Dr. Roberto Noble, de San Justo, tienen la posibilidad de desarrollar una variedad de proyectos que les permiten poner a prueba sus conocimientos y, además, impulsar ideas que los entusiasmen. A lo largo de este año, diversos cursos presentaron innovadoras propuestas para el ámbito deportivo, gastronómico e incluso destinadas a las mascotas.
En diálogo con El1, Diego Paiva y Luna Salinas, quienes se encuentran cursando el sexto año de la orientación de Química, explicaron cómo surgió la idea de su proyecto Ferme Lac: “En los envases de leche, se aconseja consumir el producto dentro de los tres días de ser abierto el envase. Esto nos generó una inquietud, porque nadie logra hacerlo en ese lapso, y suele extenderse unos días más. Es por eso que decidimos investigar si era seguro conservar la leche por más de tres días”.
Bajo esta premisa, desarrollaron un dispositivo capaz de medir el aumento del desarrollo de acidez en este alimento: consta de tres tiras reactivas que, una vez en contacto con la leche, distingue si el producto es o no apto para el consumo a partir del color que presenten dichas tiras: si es fucsia, está en buen estado; en cambio, si se tornan violáceas, no se aconseja su consumo. Sin embargo, las tiras son una solución a corto plazo, ya que los alumnos buscan diseñar un dispositivo que pueda ser incluido en cada envase.
“Elegimos la leche porque es un alimento equilibrado y muy completo a nivel nutricional. Además, Argentina es un país con industria láctea desarrollada. A lo largo del desarrollo del proyecto, que nos tomó aproximadamente seis meses nos contactamos con una empresa láctea para recibir asesoría y nos ayudó mucho un especialista en control de calidad de planta”, señalaron.
Deporte inclusivo
Mientras tanto, alumnos de cuarto año de la institución decidieron incursionar en el ámbito deportivo. Es así como nació su proyecto Juguemos entre Todos: una iniciativa que busca integrar a las personas con distintas discapacidades en el hockey. “Los chicos con discapacidades no suelen realizar deportes en sus escuelas, por eso queríamos diseñar un elementos que les permitan formar parte de este deporte”, explicó Valentina Almada, integrante del equipo.
De esta manera, rediseñaron el palo de hockey necesario para el juego para adaptarlo a cada persona a partir de dos propuestas. “Por un lado, hicimos un ‘t-stick’ que pueda ser adaptado a las sillas de ruedas de personas con discapacidad motriz; por otro, rediseñamos el ‘stick’ manual para chicos con movilidad pero otro tipo de discapacidades. Queremos integrarlos en el hockey, por eso trabajamos con los alumnos de la Escuela N° 507 de Isidro Casanova y nos ayudaron muchísimo para desarrollar nuestro proyecto”, destacó.
Con su iniciativa, el grupo obtuvo el primer premio en la Feria Internacional de Tecnologías para la Inclusión y obtuvieron 400.000 pesos que, una vez recibidos, serán destinados a reforzar su proyecto: “Queremos mejorarlo y, además, diseñar un andador para seguir integrando a mas personas. La idea es que podamos jugar entre todos y reunir a distintas escuelas especiales para armar un partido”.
Iniciativas para mascotas
Con la idea de idear un producto destinado a las mascotas que les permita mejorar su calidad de vida, alumnas de tercer año del ciclo básico de la institución recurrieron a elementos reciclados y una impresora 3D para desarrollar un andador para aquellas mascotas que sufran de displasia de cadera y, como consecuencia, pierden movilidad en sus patas.
“Para nuestro proyecto Operación Displasia, realizamos planos y bocetos de cada pieza que iba a conformar el andador. Recurrimos a distintos elementos que encontramos en nuestra escuela y los reciclamos, pero también imprimimos algunas piezas, como las ruedas, en la impresora 3D. A futuro, nos gustaría poder realizarlo con filamentos de botellas de plástico, para que el andador en sí pueda ser reciclado”, explicó Lara, integrante del equipo.
Si bien un andador puede llegar a tener un costo de 200.000 pesos, el que diseñaron las alumnas solo costó 2.500. Sin embargo, no tienen pensado vender el producto, sino compartir los planos del andador, con la idea de que cada persona en casa pueda crear el suyo con los elementos que tengan disponibles. Al igual que las propuestas de sus compañeros, el proyecto Proyecto Displasia fue presentado en la Feria de Ciencias a nivel regional.