El gen del guerrero y la violencia callejera

Según el coaching ontológico Héctor Jaimes, la neurociencia estableció que hay personas que están más predispuestas a los actos de violencia. Por Radio Universidad, el especialista sostuvo que “la mecha es corta”.

Días pasados, el festejo de fin de curso de cientos de estudiantes de escuelas públicas y privadas en la plaza de San Justo terminó en disturbios y enfrentamientos entre los mismos protagonistas. Además, un empleado municipal y policía fueron agredidos, pero no hubo que lamentar heridos de gravedad.

Este cuadro descripto en el párrafo anterior es una muestra de otros hechos cotidianos que empiezan con aparente normalidad, pero terminan en actos de violencias injustificados. Por ejemplo, una discusión entre automovilistas puede terminar en ataques de violencia extrema.

“La mecha es corta”, afirmó el coaching internacional Héctor Jaimes, por Radio Universidad.

El especialista señaló que, según la neurociencia hay personas con “variaciones genéticas” que potencian el “gen del guerrero” que todos llevamos encima. En algunos casos, se descontrolan hasta límites extremos.

Jaimes, testigo involuntario de los incidentes en la plaza de San Justo, subrayó su preocupación por estas manifestaciones sociales signadas por la negación del otro y la falta de empatía con las víctimas. Ya que los testigos, en vez de parar los golpes, alientan a modo de hinchada.